El Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), con el respaldo del programa Enlazando el Paisaje Centroamericano financiado por el Banco de Desarrollo KfW de la Cooperación Alemana, y ejecutado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), realizó el Taller Inicial para el Desarrollo de Regulaciones Nacionales sobre Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OMECs).
Durante el taller se elaboró un diagnóstico colectivo para identificar fortalezas, oportunidades y vacíos en las capacidades técnicas y administrativas para el reconocimiento de las OMECs. Esta metodología de trabajo colaborativo permitió sentar las bases de una visión compartida sobre la conservación fuera del sistema tradicional de áreas protegidas. La jornada también se enfocó en la revisión del borrador del instrumento técnico-regulatorio, que establecerá los criterios para el reconocimiento, monitoreo y reporte de las OMECs, alineándose con el compromiso nacional de conservar al menos el 30% del territorio nacional al 2030, conforme al marco global de biodiversidad 30x30 del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Modelos de gestión ambiental
Las OMECs representan un instrumento estratégico para visibilizar modelos de gestión ambiental que, sin estar categorizados como áreas protegidas, cumplen funciones clave en la conservación de la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos como el agua.
“Lo que se busca es reconocer todas aquellas actividades que contribuyen a conservar biodiversidad desde fuera del sistema tradicional. Este reconocimiento puede traer beneficios no solo ambientales, sino también sociales y económicos, como incentivos para quienes gestionan estas áreas”, señaló Bernal Herrera, asesor para la UICN.
Además de fortalecer las capacidades del MiAmbiente para implementar estas medidas, se busca movilizar nuevos actores como el sector privado y las comunidades organizadas en Juntas de Acueductos Rurales (JAR), asegurando así un enfoque inclusivo y equitativo en la gestión ambiental del país.
“Este proceso permitirá contar con una herramienta que guíe la identificación y reconocimiento de estas áreas, dándole a Panamá una oportunidad para aumentar su cobertura de conservación efectiva y cumplir con sus compromisos internacionales”, concluyó Herrera.