Venezuela no se recupera aún del desplome de su economía y la posibilidad de una nueva recesión reposa en la manos del presidente estadounidense Donald Trump, si revoca o extiende los permisos para que petroleras internacionales puedan operar en este país sancionado.
El gesto fue visto como una posible vía para prorrogar la licencia del gigante energético Chevron, que expira el martes próximo al igual que las de otras petroleras como la española Repsol, la francesa Maurel & Prom y la italiana Eni.
Estos permisos fueron otorgados en 2022 por el expresidente Joe Biden y permitían la operación pese al embargo petrolero impuesto por Trump en 2019, durante su primer gobierno, como parte de su estrategia para desalojar a Maduro del poder.
Mientras las petroleras cobraban deudas, Venezuela recaudaba sumas sustanciales de dinero.
Ahora Trump parece usar las licencias como moneda de cambio por la deportación de migrantes. En febrero de hecho anunció la suspensión de la licencia de Chevron al considerar que Venezuela no apoyó lo suficiente los esfuerzos de deportación de connacionales.
"Ping pong"
"Tanto los contratistas como la propia Chevron llegaron a pensar que era el final, y ahora en los últimos días se ve nuevamente el inicio del ping pong", dijo en un foro sobre el tema el economista de la Universidad Rice de Texas, Francisco Monaldi.
"Debe ser realmente difícil para ellos y para los contratistas en el terreno saber realmente lo que va a suceder", añadió.
El plazo de salida era el 3 de abril, luego fue prorrogado al 27 de mayo y en los últimos días el gobierno de Estados Unidos se contradice.
"Trump autorizó esa prórroga si éramos capaces de conseguir algún avance, si podíamos generar confianza y eso lo logramos hoy, así que se concederá la prórroga", dijo Richard Grenell, negociador de Trump con Maduro en una entrevista en el podcast de Steve Bannon.
Un día después el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dijo en X que la licencia vencería el "27 de mayo".
La palabra final la tiene el Tesoro, según expertos en Estados Unidos.
Venezuela sufrió ocho años de recesión entre 2014 y 2021, así como hiperinflación, en una crisis que obligó a millones a migrar.
Su principal fuente de ingresos es la estatal petrolera PDVSA. La mala gestión, la corrupción, las sanciones y la caída del precio del petróleo han hecho que la producción, que a principios de la década de 2000 era de más de 3 millones de barriles diarios (bpd), llegara a caer por debajo de los 400.000 bpd. Actualmente ronda el millón.
Expertos coinciden en que el fin de las licencias traerá recesión a Venezuela, país que vio una recuperación de entre 4% y 5% en los últimos tres años, según estimaciones.
Las trasnacionales generaban cerca "del 30% de la producción petrolera" y contribuían con unos 400.000 bdp para exportar a Estados Unidos y Europa, dijo Graciela Urdaneta, economista de Econoanalítica.
Eso se tradujo "en inyección de divisas" y "cierta estabilidad en el mercado cambiario", añadió.
"Reemplazadas"
"Si la proyección para finales de año era de un ingreso total de 16.000" millones de dólares, con el fin de las licencias puede que esto baje a 8.000, añadió el economista de la Universidad Central de Venezuela, Manuel Sutherland.
La producción y las exportaciones continuarán. El país aprendió a eludir las sanciones a través de la venta de crudo con descuento y triangulaciones. Maduro aseguró que los trabajadores están en capacidad de operar los campos petroleros.
"Como con las drogas, siempre habrá un comprador", afirma el experto Elías Ferrer, de Orinoco Research.
Chevron defiende su permanencia en Venezuela. El CEO de Chevron, Mike Wirth, dijo a Fox News que de dejar el país caribeño podrían ser reemplazados por "empresas chinas, rusas".
Repsol señaló en marzo que buscaría "mecanismos" para seguir operando en Venezuela, donde el 84% de sus proyectos son de gas.