El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, justificó que un 1,5% de la población de su país esté encarcelada, a cambio de haber reducido la violencia de las pandillas.
"Por cierto, más de la mitad de ellos (los presos) están en rehabilitación y serán liberados dentro de un par de años", aseguró el mandatario.
Según Human Rights Watch (HRW), El Salvador tiene encarceladas a unas 108.000 personas, un "alarmante 1,7% de la población del país".
En tanto, el director de la oenegé salvadoreña Cristosal, Noah Bullock, dijo a la AFP recientemente que son entre 110.000 y 120.000.
Como punta de lanza de su ofensiva antipandillas, Bukele impuso un régimen de excepción que permite arrestos sin orden judicial, bajo el cual han sido detenidas unas 87.000 personas acusadas de integrar esas bandas o ser colaboradores, según datos del gobierno.
De ellos, unos 8.000 inocentes fueron liberados, según Bukele, pero grupos de derechos humanos aseguran que estos continúan bajo proceso, que todavía hay miles de inocentes tras las rejas y denuncian torturas y muertes en prisión.
Bukele sostiene que las pandillas mataron a unas 200.000 personas en tres décadas, y que con su política de seguridad los homicidios, que llegaron a 106 por cada 100.000 habitantes en 2015, bajaron a 1,9 en 2024.