El director general de Minería de la República Dominicana, Rolando Muñoz, destaca que el modelo minero de su país se basa en tres pilares: diálogo, cumplimiento y compromiso. Afirma que una minería bien gestionada puede impulsar el desarrollo económico sin afectar los recursos naturales, un ejemplo que según dice Panamá debería seguir
Un modelo regulado y sostenible
Muñoz explicó que la nación caribeña cuenta con una política ambiental clara, alineada con organismos internacionales que establecen la protección del 30% del territorio nacional.
Actualmente, República Dominicana opera tres grandes minas metálicas, entre ellas Pueblo Viejo, considerada la sexta mina de oro más grande del mundo, con una producción anual de más de 850 mil onzas. Además, se explotan níquel, ferroníquel, cobre y zinc, junto a 90 operaciones de minerales industriales, como yeso, caliza y carbonato de calcio.
Muñoz subrayó que el éxito del sector se debe a una aplicación horizontal de la ley y a una vigilancia constante de las operaciones.
Un aporte clave a la economía
El sector minero aporta alrededor del 2.2% del PIB dominicano, cifra que podría aumentar gracias al alza de los precios del oro. Además, genera más de 39 mil empleos directos y cerca de 100 mil indirectos, según estimaciones del propio Ministerio de Energía y Minas.
El hallazgo de tierras raras
Uno de los mayores avances recientes, señaló Muñoz, es el descubrimiento de un yacimiento de tierras raras en el sur del país, un recurso estratégico a nivel mundial.
Los llamados elementos de tierras raras son fundamentales para la transición energética global y la producción de tecnologías limpias. Su hallazgo coloca a República Dominicana en una posición clave frente a los retos de sostenibilidad y desarrollo.
La mirada hacia Panamá
Al ser consultado sobre la situación de la mina de cobre en Panamá, Muñoz fue claro: “Una operación de esa magnitud debe ser aprovechada. El país debe poner esos recursos al servicio de la economía y del desarrollo, integrando siempre a las comunidades”.
Destacó que el diálogo con los sectores ambientales y las mesas de concertación son indispensables para mantener la armonía social y el desarrollo sostenible.
La minería como motor estratégico
Para Muñoz, el futuro del cobre y otros minerales críticos es prometedor. “El cobre se ha convertido en un mineral estratégico por su papel en la transformación energética mundial. Tener una mina de cobre en producción significa también tener un país estratégico”, concluyó.



