Panamá atraviesa una crisis profunda de empleo y circulante, agravada por el cierre de proyectos productivos clave como la mina y la bananera, señaló el abogado Pedro Meilán, quien calcula que se han perdido entre 60 mil y 70 mil empleos, sumando los directos, indirectos y los relacionados a proveedores.
A juicio del jurista, la falta de circulante en la calle es evidente, con locales vacíos en provincias como Coclé y Veraguas, y sectores como el agro, transporte y comercio gravemente afectados. “Muchos trabajadores informales, proveedores y pequeños negocios dependen de esas operaciones. Cuando cierran, desaparece toda esa cadena”, indicó.
Además, advirtió que la inversión extranjera se ve frenada por la inseguridad jurídica, agravada por casos como el cierre de la mina y los conflictos con empresas como Chiquita. “¿Quién va a querer invertir en un país donde te cierran una mina o te paralizan una operación millonaria por protestas o decisiones sin consenso?”, cuestionó.
Impulsos para reactivar la economía y generar empleos
Meilán sostiene que la forma más rápida es reabrir la mina, negociar con Chiquita y enviar un mensaje claro de estabilidad a los inversionistas. A su vez, lamentó la falta de acciones concretas por parte del gobierno para mitigar el desempleo y proteger a los proveedores afectados.
Paro educativo
También hizo referencia a la huelga de docentes y la paralización del sector educativo. “¿Qué solidaridad tienen con los miles de niños sin clases? Muchos trabajan en escuelas privadas donde sí cumplen por miedo a ser despedidos. Aquí no debe haber privilegios: si no trabajaste, no cobras”, sentenció.
Finalmente, Meilán señaló que el país necesita decisiones valientes, coherentes y técnicas, y advirtió que las oportunidades de reactivación están allí, pero “el tiempo se agota y la gente ya no aguanta más”.