Este martes se instala formalmente la nueva legislatura de la Asamblea Nacional de Panamá, en un contexto marcado por una ciudadanía inquieta, una economía que no despega con la fuerza esperada, y un primer año de gobierno del presidente José Raúl Mulino que ha estado lejos de ser tranquilo.
Economía en pausa y empleo precario
A pesar de algunos indicadores positivos, la economía panameña no ha logrado generar el impulso que se esperaba tras la pandemia y las elecciones. El desempleo ronda el 9%, mientras que la informalidad afecta a casi la mitad de la población trabajadora, especialmente entre jóvenes y mujeres.
Expertos coinciden en que la falta de inversión pública, la lentitud en la ejecución de proyectos y la inestabilidad jurídica también han frenado la recuperación.
Protestas por la Ley 462 y la crisis de la CSS
Uno de los puntos más álgidos del primer año de Mulino ha sido la aprobación de la Ley 462, que modifica parcialmente el régimen de pensiones del subsistema exclusivo de beneficio definido de la CSS. La medida, que el gobierno defiende como necesaria para evitar el colapso del sistema, ha provocado una fuerte ola de protestas por parte de sindicatos, docentes y estudiantes universitarios.
Las manifestaciones se intensificaron principalmente en la provincia de Bocas del Toro, con cierres de calles, huelgas y llamados a una derogación inmediata de la ley. Los manifestantes denunciaron que no hubo una discusión transparente ni una consulta amplia sobre una reforma que afectará a generaciones futuras.
Balance político
Con una Asamblea Nacional fragmentada y con bancadas nuevas que reclaman mayor protagonismo, el Ejecutivo enfrentará un segundo año de gestión bajo la lupa ciudadana. La instalación de la nueva legislatura llega con la expectativa de una mayor fiscalización y de una agenda legislativa que priorice los temas sociales y económicos urgentes.
Mientras tanto, el presidente Mulino ha reiterado su compromiso con “la defensa del interés nacional, la estabilidad y la responsabilidad fiscal”, aunque los sectores críticos piden mayor apertura al diálogo y menos confrontación.
Lo que viene
En medio de un clima social cada vez más tenso, el gobierno deberá decidir si avanza con reformas estructurales en consenso con la sociedad o si se expone a una mayor confrontación. Educación, salud, empleo y seguridad social son los temas que más preocupan a los panameños, y que, según diversos analistas, definirán el rumbo del país en los próximos meses.