El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, advirtió este viernes sobre el aumento del número de migrantes chinos que cruzan la inhóspita selva del Darién camino a Estados Unidos, en medio de una creciente migración ilegal por esta ruta.
Según cifras oficiales, durante los primeros 11 días del nuevo año ya han pasado por el Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, más de 6.100 personas, principalmente de Venezuela (2.368), Haití (1.013) y China (812).
Este aumento se debe a "países que no toman las consideraciones y tienen políticas de cielos abiertos", lo que permite a los migrantes chinos llegar sin visado a esos países para luego viajar a Estados Unidos cruzando la jungla del Darién, dijo Pino.
En el caso de la migración china, se ha pasado de un tránsito de poco más de 900 personas hace un año a más de 10.800 en los últimos 100 días, de acuerdo con los datos oficiales.
La frontera selvática entre Colombia y Panamá, de 266 km de longitud y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en los últimos años en un corredor para los migrantes que desde Suramérica tratan de llegar a Estados Unidos y Canadá.
Los viajeros tardan entre tres y seis días en atravesar el Darién, donde se enfrentan a los peligros naturales, pero también a bandas criminales.
En 2023, un récord de más de 520.000 personas cruzaron la selva panameña. De ellos, unos 120.000 fueron menores de edad.
Pino advirtió que el número de migrantes por el Darién no va a descender.
El jefe de la seguridad panameña, que anunció nuevos planes para aumentar la vigilancia en la frontera panameña, también cree que la situación de violencia vinculada al narcotráfico que enfrenta Ecuador puede disparar la migración de ese país hacia Estados Unidos a través de Panamá.
Según el Servicio Nacional de Migración de Panamá, más de la mitad de los migrantes que realizaron esta travesía en 2023 fueron venezolanos (328.650), seguidos de los ecuatorianos (57.250), haitianos (46.422) y chinos (25.565).
También hay indios, vietnamitas, afganos, nepalíes y ciudadanos de países africanos, como cameruneses y angoleños. Hay gente de todas las edades, incluso bebés de pocas semanas, de acuerdo con los reportes.