Panamá solo dará entrenamiento, en territorio panameño y sin costo, a las fuerzas policiales de Haití, en el marco de la nueva misión internacional que la ONU aprobó el martes para combatir a las bandas armadas que tienen sumido al país en una espiral de violencia que ha cobrado la vida de al menos 16.000 personas desde 2022.
Panamá cooperará con Haití "proporcionándole entrenamiento a sus fuerzas policiales en Panamá (...), en nuestras academias, podemos formarlas, podemos trabajarlas, entrenarlas (...) con el mayor gusto y sin costo alguno. Pero para Haití, yo no voy a mandar personal", sostuvo el gobernante.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el martes una resolución impulsada por Estados Unidos y Panamá para el despliegue en Haití de la nueva Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF, por sus siglas en inglés) que sustituirá a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), desplegada el año pasado bajo el liderazgo de Kenia sin lograr resultados destacados.
La GSF, que tiene el respaldo del Gobierno haitiano, contará con hasta un máximo de 5.500 efectivos policiales o militares, asistidos por 50 civiles, y tendrá un mandato inicial de 12 meses.
El secretario de Estados Unidos, Marco Rubio, declaró el miércoles que apuesta por un "rápido despliegue" de la nueva misión en Haití e hizo un llamado para que otros países se sumen a este esfuerzo.
Violencia
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo este jueves que más de 16.000 personas han muerto por la violencia de bandas en Haití desde el inicio de 2022.
Más de la mitad de los asesinatos registrados este año se han producido en el marco de operaciones de las fuerzas de seguridad, un fuerte aumento con respecto a 2024, alertó Türk en un debate sobre Haití en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Las bandas han extendido su actividad más allá de la capital, Puerto Príncipe, hacia departamentos como Centro y Artibonito, creando un campo de cultivo para el tráfico de armas, drogas y personas, lo que amenaza con desestabilizar la región.
Las violaciones de derechos humanos de las bandas incluyen asesinatos, secuestros, extorsiones en controles de seguridad ilegales, violencia sexual contra mujeres y niñas, saqueos de camiones con alimentos y la destrucción de viviendas, escuelas y hospitales.