La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo este martes sentirse agradecida por su tiempo en el cargo y negó que los constantes ataques que enfrentó en redes sociales fueran la causa de su inesperada renuncia.
Su renuncia casi tres años después de su cómoda reelección generó un debate sobre el discurso de odio que enfrentan las mujeres en la política.
Chris Hipkins, quien la reemplazará como primer ministro, ha dicho que Ardern experimentó "maltratos aborrecibles" durante su mandato.
Pero Ardern aseguró que no lo ve así.
En su último compromiso público como primera ministra, una visita al asentamiento maorí de Ratana, en la Isla Norte, dijo que "odiaría" que su salida fuera vista como "un comentario negativo sobre Nueva Zelanda".
La popularidad del gobierno laborista de Ardern decayó en los últimos meses, golpeado por una posible recesión y el repunte de la oposición conservadora.
Hipkins será investido el miércoles como primer ministro, y calificó como "agridulce" sustituir a su amiga de 20 años.