Eric Conte, Director Nacional de Medicamentos e Insumos del Ministerio de Salud (MINSA), expresó su preocupación por las diferencias de precios entre países, las cuales, a su juicio, parecen arbitrarias. "El poder económico tiene cierta prevalencia", indicó, al señalar que, por ejemplo, un medicamento que entra en Panamá con un precio inicial bajo puede sufrir un aumento significativo a medida que pasa por los intermediarios, hasta llegar al consumidor final con un sobrecosto de hasta el 60%.
Impacto de la equiparación y la agilización de registros de medicamentos
En cuanto a la posibilidad de reducir los costos de los medicamentos, Conte destacó la importancia de agilizar el proceso de registro sanitario de medicinas. Al aplicar una abreviación en los trámites procedentes de Estados Unidos y Europa, especialmente los genéricos, Panamá podría abrir el mercado a nuevos laboratorios, lo que permitiría una mayor oferta a precios más competitivos.
Con una normativa que podría permitir la emisión de registros sanitarios en solo 15 días, los medicamentos genéricos podrían tener un papel clave en la reducción de los costos.
Rol de las farmacias solidarias
Uno de los puntos clave fue la mención de las farmacias solidarias, una figura promovida por la Ley 419 de Medicamentos.
Conte explicó que estas farmacias permitirían a los dueños de pequeñas farmacias asociarse entre sí para acceder a precios más bajos de medicamentos. Esta fórmula permitiría que las farmacias importen medicamentos de otros países a precios más accesibles, beneficiando a los consumidores sin necesidad de que el MINSA se encargue de la venta directa.
Regulación de precios en farmacias privadas
En cuanto a las farmacias privadas, Conte explicó que el MINSA está trabajando en un marco regulatorio que podría limitar el precio al que se venden los medicamentos. "Si el medicamento se vende a las farmacias privadas a 10 centavos la tableta, no debería convertirse en un dólar o más cuando llegue al consumidor final", dijo, refiriéndose a la necesidad de establecer un "tope" para evitar que los precios se disparen. Aunque aclaró que no se trata de intervenir en el mercado, sino de asegurar que las farmacias cubran sus gastos sin afectar de manera desproporcionada a los consumidores.