La economía de América Latina y el Caribe crecerá 1,9% este año, 0,3 puntos porcentuales más que lo previsto en abril, pronosticó este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI), que advierte de la importancia de seguir bajando la inflación a nivel global. Esta mejora se debe al impulso de las dos principales economías latinoamericanas: Brasil, cuya economía se expandirá 2,1% (+1,2 puntos porcentuales respecto a la previsión de abril) y México (2,6%, +0,8 puntos porcentuales), señala el FMI en la actualización de sus perspectivas económicas.
En México ha influido la consolidación de la recuperación en el sector de los servicios y "los efectos derivados de la resiliente demanda en Estados Unidos", su principal socio comercial.
El crecimiento previsto en la región en 2023 es bastante inferior al 3,9% de 2022 a causa "de la reciente moderación" de la expansión pospandemia y "al descenso de los precios de las materias primas".
En 2024, la economía de la región crecerá 2,2%, sin cambios respecto a los pronósticos anteriores.
En general en América Latina "ha habido resiliencia", declaró este martes el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en rueda de prensa.
A nivel global, la institución financiera insiste en que el panorama, aunque mejor de lo anticipado, "sigue siendo débil desde una perspectiva histórica".
La subida de las tasas de interés para combatir la inflación "sigue lastrando la actividad económica", asegura.
Esto se nota especialmente en América Latina porque la región ha comenzado a aumentar los tipos de interés antes que las economías avanzadas, explicó Gourinchas.
El FMI prevé que la inflación mundial baje de 8,7% en 2022 a 6,8% en 2023 y 5,2% en 2024, pero la subyacente (que excluye los precios de los alimentos y la energía) disminuirá "de forma más gradual".