En un nuevo episodio de Creando Ando, Paco Vásquez visitó Ciudad del Saber para conocer la historia de Juliana Luján, fundadora de Clandestino, un laboratorio creativo que convierte plástico reciclado en piezas de diseño funcional y estético. El proyecto nació durante la pandemia, cuando la crisis obligó a replantear sueños y recursos.
Inspirada por un proyecto iniciado por su abuelo en Argentina llamado “Diseño Clandestino”, Juliana decidió continuar su legado familiar y exploró materiales reciclables. Después de muchas pruebas, encontró en el HDPE 2 (polietileno de alta densidad) la materia prima ideal: menos tóxico y más fácil de termoformar con calor.
Así nació el primer producto de la marca: un pequeño macetero, creado con plástico reciclado que cabía en un horno doméstico.
Alianzas que transforman comunidades y residuos
Desde sus inicios, Clandestino ha trabajado con alianzas estratégicas que fortalecen la economía circular en Panamá. Una de las más importantes es con la Fundación Remar, que brinda oportunidades laborales a exprisioneros y personas en rehabilitación por adicciones.
Este modelo no solo genera empleo e inclusión, sino que impulsa una nueva forma de producción sostenible.
El gran desafío: la escasez de plástico reciclado de calidad en Panamá
Uno de los obstáculos más grandes para Clandestino ha sido la limitada oferta de plástico reciclado procesado localmente. En Panamá, aún no se recicla ni se tritura suficiente plástico para abastecer industrias emergentes como esta.
Esta limitación impide ofrecer un catálogo estable de colores, por lo que han tenido que educar al consumidor sobre las realidades del reciclaje: cada pieza depende de lo que el país consuma y descarte en determinado momento.
Sostenibilidad, arte y conciencia en cada pieza
Pese a las dificultades, Luján asegura que las soluciones que han implementado siguen siendo buenas para el planeta. Sin embargo, si la demanda crece más allá de su capacidad local, Clandestino considera la posibilidad de importar materia prima de otros países.
El emprendimiento se posiciona como un referente en diseño sostenible en Panamá, demostrando que el arte puede surgir de los residuos y que reciclar también es crear futuro.