El corregimiento de Burunga enfrenta una realidad dura: problemas de agua potable, infraestructura deteriorada, saneamiento deficiente, desempleo y altos niveles de delincuencia. Así lo expuso su representante, Lohanniz Gaitán, al detallar cómo se utilizan los fondos de descentralización y por qué, aun haciendo malabares, no alcanzan.
Proyectos del corregimiento
Ante tantas carencias, la Junta Comunal decidió priorizar proyectos de veredas, una solución inmediata que mejora la movilidad y dignifica a los residentes. “Es algo que sí podemos hacer como autoridad local”, sostuvo.
Además, Burunga recibe 24 mil dólares mensuales de la Alcaldía, exclusivamente para funcionamiento, ya que no es un corregimiento subsidiado. Sin embargo, Gaitán fue claro: ese monto es insuficiente para atender todas las necesidades de una comunidad grande y vulnerable.
Principales obstáculos:
Es una deuda heredada con la Caja de Seguro Social cercana a los 160 mil dólares, lo que impide que el corregimiento acceda a subsidios. La Junta Comunal solicitó apoyo a la Contraloría para enfrentar esta carga sin caer en quiebra.
En cuanto al problema del agua, el representante recordó que se trata de un tema de Estado. Burunga lleva más de cinco años esperando que el Gobierno Nacional destine 29 millones de dólares para culminar la potabilizadora de Jaguar, una obra que suma casi una década inconclusa.
Gaitán también cuestionó la falta de claridad en la asignación de fondos extraordinarios del MEF, señalando que algunos corregimientos sí los reciben y otros no. Anunció que Burunga los solicitará, con la condición de que existan reglas claras y una rendición de cuentas efectiva.
Finalmente, el representante lamentó el retiro del cuartel de la Policía Nacional del corregimiento y aseguró que, pese a las limitaciones, seguirán gestionando para que los recursos se traduzcan en obras visibles. “Con lo poco que tenemos, tratamos de hacer mucho, pero sin apoyo del gobierno central, los representantes quedamos atados de manos”, concluyó.




