El Gobierno de la República de Panamá condenó de forma enérgica el uso de la tortura y la difusión de videos con personas secuestradas por parte del grupo Hamás, calificando estos actos como "graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario y a los derechos humanos".
Asimismo, el pronunciamiento destaca que "la instrumentalización del sufrimiento humano con fines de propaganda o presión política es inaceptable”.
Panamá, actual miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, reitera su "firme rechazo a toda forma de violencia".
El comunicado concluye con un llamado a la comunidad internacional a "actuar con urgencia para poner fin al conflicto y asegurar el respeto a la dignidad y la vida, tanto de israelíes como palestinos".