La autoridad electoral de Venezuela, de línea oficialista, acusó este jueves a Estados Unidos de buscar "desprestigiar" las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio, tras rechazar los "falsos cuestionamientos" del Departamento de Estado estadounidense al proceso.
Situación en Venezuela
Su objetivo es "desprestigiar a una de las instituciones más sólidas de la robusta democracia venezolana", añadió.
La Cancillería venezolana también se pronunció en una misma línea y dijo que Estados Unidos busca "no reconocer" el proceso en el que el presidente Nicolás Maduro aspira a la reelección, tal como ocurrió en 2018, cuando Washington tachó el proceso de fraudulento e incrementó las sanciones.
El Departamento de Estado estadounidense condenó el miércoles que se haya impedido la inscripción de algunas candidaturas opositoras para las presidenciales en Venezuela, tras las denuncias de bloqueo a la candidata opositora Corina Yoris.
Miller dijo que se tienen que "permitir unas elecciones libres y justas" y reiteró que de lo contrario habrá "consecuencias", pues Estados Unidos ha anunciado que podría revertir la flexibilización de sanciones anunciada a finales de año en compensación a los acuerdos alcanzados entre el gobierno y la oposición para celebrar los comicios.
Candidatura opositora
Las razones por las que fue bloqueada la candidatura de Yoris, nominada por la líder María Corina Machado tras su inhabilitación política, aún no han sido explicadas.
La principal alianza de partidos, Plataforma Unitaria Democrática (PUD), terminó inscribiendo "provisionalmente" a último minuto del martes a Edmundo González Urrutia hasta definir el candidato único.
El opositor Manuel Rosales, viejo rival del fallecido presidente Hugo Chávez, también se postuló al filo del vencimiento del plazo para inscribir candidaturas.
Se inscribió con su partido Un Nuevo Tiempo (UNT), que también fue bloqueado hasta último minuto.
En total se postularon 13 candidatos, incluidos los opositores, Maduro, un exrector electoral y nueve dirigentes que se presentan como antichavistas, aunque son tachados por la oposición tradicional de "alacranes", término usado para nombrar a "colaboracionistas" del oficialismo.