El gobierno de Nicaragua aseguró este domingo que se ha planteado la suspensión de las relaciones diplomáticas con el El Vaticano, luego de que el papa Francisco calificó el viernes al gobierno del país centroamericano como "dictadura grosera". En el escueto comunicado, el gobierno nicaragüense no brindó explicaciones sobre las circunstancias que motivan su postura, pero se produce luego de que el papa Francisco declaró que el presidente Daniel Ortega tiene un "desequilibrio", en una entrevista al portal argentino Infobae.
Las declaraciones del pontífice se dieron pocos días después de que el gobierno del país centroamericano decidiera cerrar dos universidades vinculadas a la Iglesia católica.
Nicaragua: preocupa el cierre de dos universidades privadas
Durante la entrevista, el papa argentino hizo referencia sin nombrarlo al obispo católico Rolando Álvarez, condenado en febrero a 26 años de prisión por, entre otros cargos, menoscabo a la integridad nacional. "En Nicaragua tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio", manifestó.
El obispo de Matagalpa, de 56 años, estaba detenido desde agosto por conspiración y rechazó ser deportado a Estados Unidos con otros 222 opositores excarcelados y expulsados del país por considerarlos "traidores a la patria".
"Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas (…) Son un tipo de dictaduras groseras", añadió el santo padre.
Nicaragua enfrenta una ola de condenas de la comunidad internacional por cuenta de la deriva autoritaria del ejecutivo de Ortega, quien gobierna con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Centenares de opositores fueron detenidos en el país en el contexto de la represión que siguió a las multitudinarias protestas antigubernamentales de 2018.