La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) afianzó su lucha contra la inflación el miércoles al aumentar la tasa de interés referencial en un cuarto punto, a su mayor nivel en 16 años. Pero al mismo tiempo, señaló que ahora podría hacer una pausa en los aumentos que han restringido el crédito para negocios y consumidores.
Los aumentos de las tasas de interés los últimos 14 meses han duplicado las hipotecas y han elevado los préstamos automovilísticos, las tasas para tarjetas de crédito y los prestamos empresariales, todo lo cual ha provocado temores de una recesión inminente. Las ventas de viviendas se han desplomado.
La decisión tomada el miércoles, que deja la tasa referencial en 5,1%, podría aumentar aun más los costos de los préstamos.
Sin embargo, los esfuerzos del banco central han tenido solo un éxito parcial en la reducción de una inflación que es la más alta en cuatro décadas, y además, ha contribuido al colapso de tres bancos grandes. Esos tres bancos habían comprado bonos a largo plazo a tasas muy bajas, por lo que rápidamente perdieron su valor cuando la Fed aumentó las tasas.
La turbulencia en el sector bancario pudo haber influido en la decisión de la Reserva Federal de considerar una pausa. El titular de la institución, Jerome Powell, había dicho en marzo que la reducción de créditos bancarios a fin de equilibrar sus balances financieros podría tener el efecto equivalente de un aumento de un cuarto de punto de las tasas, en cuanto a enfriar la economía.
Los economistas de la Fed han estimado que la restricción del crédito a raíz de los colapsos bancarios podría contribuir a una “recesión leve” este año, incrementando la presión sobre el banco central para suspender sus aumentos de las tasas.
Nueva paliza a los bancos regionales de Estados Unidos
La Fed ahora está también lidiando con una pugna de poderes en torno al tope de deuda de la nación. Los republicanos en el Congreso están exigiendo profundos recortes del gasto público a cambio de aceptar un aumento del tope de endeudamiento.
La decisión de la Fed ocurre en un contexto de gran incertidumbre. La economía parece estar enfriándose un poco – el gasto consumidor permaneció básicamente igual en febrero y marzo indicando que muchos consumidores se han vuelo cautos ante los aumentos de precios y de créditos. La manufactura también está debilitándose.
Incluso el mercado laboral, que sorprendentemente se ha mantenido robusto a pesar de todo, gracias a lo cual la tasa de empleo se ha mantenido durante meses cerca de mínimos no vistos en 50 años, está empezando a mostrar grietas. Las contrataciones se han desacelerado, las plazas de empleo disponibles han bajado y son menos las personas que han renunciado a sus trabajos para aceptar otros mejor remunerados.