Catar se retiró como mediador entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás tras meses de infructuosos esfuerzos para poner fin a la guerra en la Franja de Gaza, indicó el sábado el Ministerio de Relaciones Exteriores del emirato. Junto con Estados Unidos y Egipto, Catar llevaba intentando desde hace meses negociar un alto el fuego y un acuerdo para canjear rehenes y prisioneros entre Israel y Hamás pero las conversaciones están en punto muerto.
Hamás e Israel se acusan mutuamente de bloquear las negociaciones para implantar un alto el fuego en el conflicto, desencadenado por el ataque de combatientes islamistas en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023.
"Catar las reanudará cuando las partes hagan gala de buena voluntad y seriedad" en las negociaciones para implantar una tregua, añadió.
De este modo, el portavoz confirmaba una información aportada por una fuente diplomática que había pedido pedido permanecer en el anonimato.
Ese fuente también había dado a entender que Catar podría cerrar la oficina de Hamás en Doha, pero Al Ansari lo desmintió.
Por su parte, un alto cargo de Hamás dijo a AFP que el movimiento no había recibido "ningún pedido de que abandone Catar".
Bombardeos en Líbano
La guerra se propagó a Líbano después de que el movimiento proiraní Hezbolá, abriese un frente contra Israel el 8 de octubre de 2023, en apoyo a Hamás.
El pasado 23 de septiembre, el ejército israelí inició una campaña de bombardeos en Líbano, que una semana después acompañó de una ofensiva terrestre en el sur del país.
Con esta operación, Israel asegura que pretende neutralizar a Hezbolá para que puedan volver a sus casas los 60.000 habitantes del norte de Israel que tuvieron que abandonar sus casas por los lanzamientos de cohetes del movimiento islamista libanés.
Este sábado, el Ministerio de Salud libanés anunció que bombardeos israelíes en varias localidades del este y del sur de Líbano dejaron una treintena de muertos.
Hezbolá reivindicó disparos de cohetes contra el norte de Israel.
Más de 2.700 personas han muerto en Líbano desde el 23 de septiembre, civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud.