El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó el domingo a Egipto para iniciar una breve gira por Oriente Medio, en plena escalada de violencia entre israelíes y palestinos. Blinken se reunirá con el presidente y el ministro de Exteriores de Egipto, y luego viajará a Jerusalén y Ramala el lunes y el martes. Es probable que la escalada de violencia domine las discusiones en la capital egipcia, ya que El Cairo es un mediador histórico en el conflicto israelo-palestino.
El viernes, un palestino de 21 años mató a siete personas frente a una sinagoga de Jerusalén Este, y el sábado se produjo otro ataque que dejó dos heridos. Los dos ataques tuvieron lugar después de una incursión israelí en el campamento de refugiados de Yenín, Cisjordania ocupada, en la cual murieron nueve palestinos.
En respuesta, hubo lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza hacia el territorio israelí. Acto seguido, el ejército israelí procedió a un bombardeo contra el enclave palestino.
Este domingo, el ministerio de Salud palestino informó que guardias de seguridad israelí mataron a un palestino cerca de un asentamiento en Cisjordania ocupada. Según el ejército israelí el hombre estaba armado.
"Ningún cambio"
Blinken se reunirá con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y con el líder palestino, Mahmud Abas, y pedirá "en términos generales que se tomen medidas para rebajar las tensiones", según el Departamento de Estado.
Pero el margen de maniobra del secretario de Estado norteamericano parece limitado, teniendo en cuenta que las vías para la resolución del conflicto están estancadas.
Según expertos contactados por AFP, habrá pocos avances diplomáticos. Washington se limitará probablemente a reiterar su apoyo a la solución de dos Estados.
Ghaith Al Omari, analista del Washington Institute, estima por su parte que "esta visita no apunta ningún cambio en la posición estadounidense respecto al conflicto israelo-palestino" pero, prevé, que "la conversación (con Mahmud Abas) no será agradable".
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Avalancha de visitas
El viaje de Blinken a Israel refleja la voluntad de Washington de afianzar rápidamente la relación con Netanyahu, al frente del gobierno más a la derecha de la historia del país y cuyas relaciones con la administración demócrata de Joe Biden se han tensado últimamente.
Esta visita tiene lugar después de la del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
En su viaje, Blinken insistirá en "la importancia de mantener el statu quo histórico" en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este, tercer lugar santo del islam y el más sagrado del judaísmo (al que llaman Monte del Templo), situada en la parte palestina de la ciudad, ocupada y anexionada por Israel.
Los Acuerdos de Abraham, proceso de normalización de relaciones entre Israel y varios países árabes, también figurarán entre los temas abordados.
El domingo, en un encuentro con jóvenes de la Universidad Americana de El Cairo, Blinken no hizo ningún comentario sobre el conflicto israelo-palestino, sólo dijo que iría a Israel y Cisjordania.