La cantante y compositora estadounidense Taylor Swift anunció este viernes que compró los derechos de sus primeros seis discos, poniendo fin a una batalla de seis años por la propiedad de su obra.
En el verano de 2019, la estrella comenzó una lucha pública con el magnate de la industria musical Scooter Braun después de que su compañía adquiriera el sello discográfico al que antes pertenecía Swift, dándole una participación mayoritaria en los "masters" (material original usado para crear vinilos, CD y copias digitales) de sus seis primeros álbumes.
Swift afirmó que había tratado activamente de retomar el control de sus "masters", pero en noviembre de 2020 dijo que se había enterado de que los derechos de sus primeros seis álbumes habían sido vendidos a la compañía de capital privado Shamrock Holdings, por supuestamente más de 300 millones de dólares.
La acalorada disputa, junto a la determinación de la cantante por volver a grabar esos discos, abrió una discusión sobre quién es el dueño del trabajo de un artista, además de las condiciones en las que los jóvenes talentos firman sus contratos.
El propietario de los lucrativos "masters" tiene potestad para determinar cómo se venden y se reproducen las canciones.