Como presidente de Fundación Calicanto, y miembro de su junta directiva por más de 14 años, he vivido lo que una mujer empoderada es capaz de lograr en su hogar y el efecto multiplicador en bienestar que esta situación puede generar. La mujer en Panamá ha dejado de ser una figura secundaria.
Un área donde las mujeres panameñas están brillando con luz propia es el emprendimiento. Panamá se ha posicionado como uno de los países con mayor porcentaje de mujeres emprendedoras en la región. Con creatividad y determinación, están creando y liderando negocios en todos los tamaños y sectores. Estos pequeños y medianos negocios no solo generan ingresos para sus familias, sino que también crean empleos y contribuyen a la economía local. Iniciativas como el programa 'Canal de Empresarias' de Ciudad del Saber y otros proyectos gubernamentales y privados están ofreciendo a estas mujeres las herramientas, la capacitación y el apoyo que necesitan para llevar sus ideas a la realidad.
Desafíos que aún persisten
A pesar de los avances, aún existen desafíos importantes. Persisten brechas salariales y de género, y la participación de la mujer en ciertos sectores, como la construcción o la manufactura de bienes duraderos, sigue siendo baja. Sin embargo, hay un compromiso creciente tanto del gobierno como del sector privado para reducir estas disparidades. Programas como "Mujer Exporta Panamá" y "Mujer Agroemprendedora" están enfocados en potenciar la participación femenina en áreas que tradicionalmente han estado dominadas por hombres. El empoderamiento económico de la mujer no es solo una cuestión de equidad, es una estrategia inteligente para el crecimiento y la prosperidad de todo el país.
Determinar con exactitud cuánto aporta la mujer panameña al PIB de Panamá es un reto, ya que las cifras oficiales a menudo no desglosan el PIB por género. Sin embargo, podemos analizar su contribución a partir de varios indicadores clave.
En el mercado laboral panameño, las mujeres se concentran principalmente en el sector de servicios, comercio y educación. Estos sectores son pilares de la economía nacional, lo que evidencia su enorme contribución. Pero una de las mayores dificultades para calcular el aporte de la mujer al PIB es que gran parte de su trabajo es no remunerado, como el trabajo doméstico y de cuidados.
Estudios a nivel de América Latina y el Caribe (ALC) estiman que el trabajo de cuidado no remunerado equivale a un 21% del PIB regional, y las mujeres aportan tres cuartas partes de ese valor. Si bien no hay una cifra exacta para Panamá, esto nos da una idea del impacto que su trabajo invisible tiene en la economía.
Reconocer y visibilizar este aporte es crucial para el desarrollo económico y la equidad de Panamá. La mujer panameña es una fuerza motriz de la economía nacional. Su rol es cada vez más protagónico y su contribución es vital para construir un futuro más próspero y equitativo para todos.