El Departamento de Justicia estadounidense reveló este viernes, los cargos en un presunto complot iraní, para asesinar a Donald Trump, antes de las elecciones presidenciales que ganó el republicano. Según la acusación, el plan de asesinato frustrado estaba supuestamente dirigido por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), para vengar la muerte del general iraní Qasem Suleimani, muerto en 2020 en un ataque de EE.UU. en Irak ordenado por el entonces presidente Trump.
La acusación del Departamento de Justicia estadounidense indica que la Guardia Revolucionaria encargó el 7 de octubre a Farhad Shakeri, de 51 años, que se cree que está en Irán, un plan para matar a Trump.
Shakeri y otros dos hombres, Carlisle Rivera, de 49 años, y Jonathon Loadholt, de 36, ambos de Nueva York, fueron acusados por separado de conspirar para matar a una periodista iraní-estadounidense disidente en Nueva York.
Rivera y Loadholt se encuentran bajo custodia estadounidense y comparecieron ante el tribunal de Nueva York el jueves, según el Departamento.
El Departamento de Justicia describió a Shakeri como un "activo del IRGC residente en Teherán". Dice que emigró a Estados Unidos cuando era niño y fue deportado alrededor de 2008 después de cumplir 14 años de prisión por robo.
"Red de socios criminales"
Loadholt y Rivera, bajo la dirección de Shakeri, pasaron meses vigilando a una ciudadana estadounidense de origen iraní que critica abiertamente al régimen iraní y ha sido objeto de múltiples complots de asesinato.
No fue identificada, pero los cargos se presentan menos de tres semanas después de que un general de la Guardia Revolucionaria fuera acusado en Nueva York por un presunto complot para asesinar a la periodista disidente Masih Alinejad, que vive en Nueva York.
Estados Unidos, ha acusado a Irán de intentar asesinar a funcionarios estadounidenses en represalia por el asesinato de Soleimani.
Un pakistaní supuestamente vinculado a Irán, se declaró no culpable en Nueva York, a principios de este año de los cargos de haber intentado contratar a un asesino a sueldo, para matar a un político o funcionario estadounidense.
El Departamento de Estado anunció una recompensa de 20 millones de dólares, por información que conduzca a la detención del presunto cerebro iraní de un complot para asesinar al exfuncionario de la Casa Blanca John Bolton.