Managua, Nicaragua | AFP | 17 Marzo 2019
Entre ellos, figuran dos delegados de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) en el diálogo abierto a fines de febrero con el gobierno para buscar una salida a la crisis que vive el país.
"Nicaragua pide libertad, justicia, elecciones adelantadas, pide poder marchar sin ser reprimidos", declaró al salir de la cárcel la abogada Azáhalea Solís, delegada de la ACJD en la mesa de negociaciones.
Los detenidos salieron de la cárcel en dos autobuses ondeando banderas de Nicaragua por las ventanas mientras coreaban "no tenemos miedo", según imágenes de la televisora independiente canal 10.
En el trayecto hacia la sede de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (FAGANIC), donde fueron entregados a sus familias, varias personas salieron a las calles a saludar el paso de los buses con la bandera nacional, convertida en símbolo de protesta contra el gobierno de Ortega, un exguerrillero de 73 años que gobierna desde 2007 y es acusado por la oposición de instaurar una dictadura.
"Brutalmente golpeados"
El dirigente estudiantil Max Jerez, miembro de la ACJD, denunció que fueron "detenidos por fuerzas policiales y brutalmente golpeados".
"Los policías nos agredieron como si fuéramos cerdos, nos tiraron a las tinas de las patrullas y nos dieron un trato brutal (...) Esto es un dictadura y hay que acabar con eso", protestó la exguerrillera Mónica Baltodano, que también fue detenida.
El dirigente empresarial miembro de la ACJD, José Aguerri, señaló que manejaban una lista de 160 arrestos sólo este sábado, aunque la Policía Nacional dijo en un comunicado que detuvo a 107 personas por intentar manifestarse contra el gobierno.
Las liberaciones se efectuaron por gestiones del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, testigo del diálogo entre el gobierno y la oposición, indicó la policía.
La marcha había sido convocada por la coalición opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) para reclamar la liberación de presos por participar en las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega el año pasado.
Desde horas de la mañana, cientos de policías antimotines fueron desplegados en Managua, principalmente en la zona sur, para evitar que la ciudadanía asistiera a la protesta, que no se realizó debido a la represión y arrestos que se produjeron en diferentes puntos de la capital.
La policía también atacó a varios periodistas, entre ellos de la AFP.
"Preocupante"
"Es condenable y preocupante la forma bárbara en que las autoridades actuaron", denunció Pablo Cuevas, asesor legal de la no gubernamental Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) en rueda de prensa.
La policía dispersó con violencia a todos los manifestantes que se encontraban en la calle, entre ellos varios periodistas y opositores que estaban en una estación de gasolina, de donde fueron perseguidos hasta las oficinas de un banco, al sur de la capital, donde luego fueron atacados.
"Están atacando el edificio con gases lacrimógenos y tirando balas", dijo el videoreportero de AFP Luis Sequeira, quien se encontraba en el lugar.
El incidente, que no dejó heridos, ocurrió en la sede del Banco La Fise de Managua, donde los antimotines abrieron la puerta principal del parqueo para disparar y luego se retiraron, lo que permitió a los periodistas huir por una puerta trasera del edificio, relató el fotógrafo de AFP Maynor Valenzuela.
Una hora antes del ataque, Sequeira fue agredido en otro punto por policías que le quitaron su equipo de trabajo e intentaron detenerlo.
"Estaba filmando cuando detenían a una mujer cuando de repente llegó la policía, golpeó la cámara, me robó el equipo y me golpeó", contó Sequeira.
Diálogo en peligro
La represión ocurrió en medio del diálogo iniciado el 27 de febrero entre el gobierno de Daniel Ortega y la oposición para buscar una salida a la crisis que vive el país desde las protestas iniciadas en abril, que dejaron al menos 325 muertos y casi 680 detenido, de los cuales unos 150 fueron pasados a arresto domiciliario.
"Que sepa el gobierno de Ortega que con estas acciones esta poniendo en peligro la totalidad del proceso de negociación que él mismo convocó", advirtió el jefe de la delegación opositora en la mesa de diálogo, Carlos Tünnermann, en declaraciones a la prensa.
La represión causó la condena inmediata de la comunidad internacional, en momentos en que Europa analiza aplicar sanciones contra el gobierno de Ortega y la OEA sopesa implementar la Carta Democrática, algo que podría provocar la expulsión del país del organismo.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos afirmó en Twitter que es "inaceptable (la) represión de la policía contra ciudadanos que intentan protestar pacíficamente en Managua y otros lugares del país" y urgió "al gobierno poner fin de inmediato a la represión".
La represión "debe cesar de inmediato", exigió en tanto el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en Twitter.
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FUENTE: Agencia AFP