Su retórica lo llevó a perder la simpatía de buena parte del electorado negro, pero en la carrera por la reelección el presidente Donald Trump se propone ahora conquistarlo, lo que ha suscitado fuertes reacciones.
"Los negros estadounidenses no han tenido jamás un mayor defensor que el presidente Trump", dice Katrina Pierson, integrante de su equipo de campaña. Pero a pesar de que el exempresario exhibe las mejores cifras de desempleo entre afroestadounidenses en mucho tiempo, su fórmula no es del todo convincente.
Según una encuesta divulgada en julio por la Universidad de Quinnipiac, 80% del electorado negro considera que Trump es racista.
En 2016, el magnate inmobiliario jugó la carta del desencanto de una parte de los afroestadounidenses hacia el partido de Barack Obama, rematando con una frase que repitió en múltiples discursos: "¿Qué diablos tienen para perder?".
Su rival, la demócrata Hillary Clinton, obtuvo el 88% del voto del electorado negro. Trump, solo el 8%.
Desde que llegó a la Casa Blanca, sus constantes ataques contra líderes afroestadounidenses no han hecho más que atizar las tensiones.
El más reciente de ellos fue una serie de tuits de una agresividad inusitada, el pasado verano boreal, contra Elijah Cummings, de Baltimore, una figura emblemática del Congreso, fallecido poco tiempo después.
Trump describió esa metrópolis portuaria, donde los negros constituyen algo más de la mitad de la población, como un "desastre infestado de ratas y roedores", "muy peligroso y mugriento" en el que "ningún ser humano querría vivir".
Cliff Albright, cofundador de la organización Black Voters Matter (Los votantes negros importan), se mostró indignado con la iniciativa del presidente.
"Es un engaño, es hipócrita, es insultante", dijo Albright, en contra de las palabras pero también de los actos del presidente.
¿Pero cuál es la estrategia de Trump? ¿Realmente quiere arrebatar algunos puntos del electorado negro, que representa alrededor de 13% de la población de Estados Unidos?
- "Crear confusión" -
"En realidad no está intentando conseguir los votos de los afroestadounidenses", explicó Albright a la AFP. "Busca sobre todo minimizar su participación".
Según Albright, la intención de Trump es "crear confusión insistiendo con eso de que 'No tienen nada que perder'", algo que puede tener un efecto marginal, dice el activista, y lograr que "1%, 2% o 5% de los electores negros se queden en sus casas" y no voten.
En las elecciones de 2016, el electorado negro de Clinton se mostró notoriamente débil en varios estados como Wisconsin, que se inclinó sorpresivamente hacia Trump.
Para 2020, los demócratas esperan reagrupar a sus seguidores negros para volver a niveles de votación próximos a los que obtuvo Obama en 2008 y 2012.
Todo dependerá, de algún modo, del nombre del candidato que lidere la fórmula demócrata para enfrentar al actual inquilino de la Casa Blanca.
El exvicepresidente Joe Biden goza de una sólida popularidad entre el electorado negro, sobre todo por su estrecha relación con Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos.
Sin embargo, en el primer debate entre los precandidatos demócratas en junio pasado la senadora afroestadounidense Kamala Harris lo acusó de oponerse en la década de 1970 a un sistema de transporte que buscaba terminar con la segregación racial en la educación pública.
De todos modos, Biden aún despierta mayor entusiasmo que sus rivales más cercanos, el joven alcalde Pete Buttigieg y la progresista Elizabeth Warren.
FUENTE: Agencia AFP