Maricel Cohen de Mulino no se define por el cargo que ostenta, sino por la cercanía con la gente y su vocación de servicio. La primera dama de Panamá revela cómo su papel va más allá de lo simbólico: “No estoy aquí por política, ni mi esposo tampoco. Nosotros queremos hacer las cosas bien”.
Iniciativas impulsadas por la primera dama:
Uno de los proyectos que lidera desde su despacho es la campaña “Iluminando la Infancia”, una iniciativa centrada en mejorar la situación de los albergues y orfanatos del país. “Muchos niños están ahí sin haberlo pedido. Queremos hacer esos lugares más humanos, más bonitos”, afirmó. Aunque admite que el trabajo ha avanzado más lento de lo esperado, sostiene que hay voluntad y equipo para seguir adelante.
Su labor se nutre del contacto directo con las personas. “Mucho de este trabajo es oír. Cuando empiezas a escuchar las necesidades, no puedes quedarte con los oídos tapados”, aseguró. Por eso, uno de sus objetivos para el próximo año es reforzar su presencia en las provincias. “He decidido ir más a la calle, hablar directo con la gente. En el Darién, por ejemplo, ya conseguimos un tanque de agua gracias a una donación. No todo es rápido, pero estamos actuando”.
Encuentro con el Papa Francisco
También habla con emoción de su experiencia con el Papa Francisco y de lo que representa la espiritualidad en su vida. “Conocerlo fue como sentir una electricidad increíble. Me encantaría que el próximo Papa fuera latino, que hable español. Eso nos acerca”.
A un año de iniciada su gestión como primera dama, Maricel Cohen de Mulino se muestra clara, determinada y comprometida: “Yo no sé todo, pero estoy aprendiendo. Y si puedo ayudar, lo voy a hacer”.