Las universidades públicas en Panamá enfrentan un panorama complejo que va más allá de la autonomía y los recursos. Según Ulises González, magíster en Ciencias Sociales, las principales problemáticas radican en el ego personal de los rectores, la falta de transparencia y la ausencia de datos confiables para planificar.
Educación superior marcada por intereses políticos y personales
El especialista señaló que, aunque la universidad es un espacio destinado a servir al país y a quienes menos tienen, en la práctica se reproduce lo que ocurre en otras instituciones del Estado: adulación, intereses políticos y beneficios personales que influyen en la toma de decisiones.
Universidades sin datos
Resaltó la falta de un sistema estadístico actualizado que permita evaluar cuántos egresados tiene cada carrera, cuántos docentes hacen falta en cada región o cuántos estudiantes ingresan a las escuelas.
Para González, se hace urgente una ley marco que unifique criterios de ingreso, ascenso y funcionamiento de las seis universidades públicas del país, así como una revisión seria del concepto de autonomía universitaria, que muchas veces se interpreta como un “cheque en blanco” para decisiones discrecionales.