Productores de arroz de las regiones de Panamá Este y Darién alzaron su voz este martes frente a la falta de pagos por parte del Estado a través del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y la ausencia de políticas claras que garanticen la sostenibilidad de la producción nacional del grano básico más importante en la dieta de los panameños.
Combe señaló que la falta de estrategia y honestidad por parte de las autoridades ha generado un estancamiento en la toma de decisiones.
Pequeños productores al borde de la extinción
Por su parte, Agustín Rodríguez, productor de arroz de Tortí, señaló que el pequeño y mediano productor están al borde de desaparecer.
“Si el dinero no llega a tiempo, no podemos sembrar. Nos quitaron las compensaciones, no hay evaluación de costos, y no tenemos ni siquiera insumos con precios claros. El costo de producir una hectárea ronda los B/.2,800 y no contamos con tecnología ni acceso a crédito para hacerle frente”, explicó.
Rodríguez añadió que muchas casas comerciales que han otorgado créditos ya están solicitando pagos a los productores, pero sin desembolsos del Estado, no hay forma de responder.
Ambos productores coincidieron en que la reciente aprobación de B/.22 millones por parte del Gobierno para todo el sector agropecuario es insuficiente y no cubre ni el 10% de lo necesario para saldar las compensaciones pendientes.
“Pedimos responsabilidad, transparencia y compromiso con el agro panameño. No estamos pidiendo favores, solo que se cumpla lo prometido”, concluyeron.
¿A cuánto asciende la deuda con los arroceros?
El Gobierno Nacional, a través del MIDA, mantiene pagos atrasados de la compensación de precio correspondiente a la zafra 2023-2024. La deuda actual está dividida de la siguiente manera:
- Zafra 2023-2024: 8 millones (5 millones aún sin pagar)
- Zafra 2024-2025: 67 millones adeudados
Según destacaron los productores, esta falta de pagos pone en riesgo la siembra de 90 mil hectáreas de arroz que abastecen el 90% del consumo nacional. Advirtieron que de no resolverse, Panamá deberá importar arroz, sin garantía de precio ni calidad.