Panamá registra a nivel nacional un total de 812 nuevos casos de tuberculosis en lo que va del 2024, en donde las regiones con más casos se ubica la región Metropolitana con 171 casos y Bocas del Toro con 132.
La tuberculosis por ser una enfermedad infecciosa, en cuyo desarrollo inciden determinantes socioeconómicos, culturales, sanitarios y del estado de salud de las personas; agravados por las secuelas de la pandemia de COVID-19 sigue siendo un verdadero desafío para lograr su control de manera sostenida.
El Dr. Edwin Aizpurúa, jefe de la Sección para el Control de la tuberculosis de la Dirección General de Salud, del Ministerio de Salud (Minsa), sostuvo que, con la “Estrategia Fin de la Tuberculosis en el 2035”, el país busca lograr alcanzar los objetivos de cero defunciones y cero casos por tuberculosis.
Señaló que se debe concientizar a la población afectada por tuberculosis sobre lo crucial que es terminar el tratamiento para poder ser curado.
El Dr. Aizpurúa, insistió en que los pacientes que presentan tos persistente por más de 15 días, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso síntomas propios de la enfermedad, se acerquen a las instalaciones de salud para realizarse el diagnóstico oportuno, iniciar el tratamiento y cortar con la cadena de transmisión.
Mencionó que el Ministerio de Salud (Minsa) cuenta con pruebas moleculares gratuitas para el diagnóstico de la enfermedad y, detectar si existe alguna resistencia al tratamiento o a algún medicamento especifico las cuales se practican a los pacientes que tienen factores de riesgos como los pacientes de VIH, privados de libertad, o a los que ya han sido tratado con tuberculosis u otra enfermedad inmunosupresora.
El tratamiento para la tuberculosis es por 6 meses; una primera fase de 2 meses con Rifampicina, Isoniacida, Etambutol y Pirazinamida y la segunda fase de 4 meses de Isoniacida y Rifampicina. Entre las pruebas para detectar la enfermedad se encuentran la molecular baciloscopia y cultivo.