La canciller Erika Mouynes participó por Panamá, hoy en la clausura de la Conferencia de Inversión Privada para el Clima 2021, “Camino a la COP-26”, que organiza el Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés), encargado de dirigir financiación internacional a proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático, para el beneficio del planeta.
Durante su intervención, la ministra Mouynes propuso a Panamá como “el lugar ideal para invertir en el futuro. Por lo que somos, por donde estamos y por lo que queremos lograr: ser un país próspero, inclusivo equitativo, digital y sostenible. En Panamá, las inversiones sostenibles representan una gran oportunidad de negocio”, resaltó la canciller, quien compartió panel con el director ejecutivo adjunto del GCF, Javier Manzanares, y el secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili.
Sobre ese sector en particular, la ministra de Relaciones Exteriores destacó el desarrollo de la estrategia Turismo, Conservación e Investigación (TCI) como modelo económico integral que promueve un círculo virtuoso entre patrimonio cultural, natural y étnico/histórico relacionados de manera orgánica, potenciando un interés multifocal en el país.
En la propuesta panameña, recalcó, el aumento de la ambición climática -los programas que ejecutan los compromisos del país contra el cambio climático- son también un atractivo para las inversiones, entra las que mencionó el turismo sostenible y su componente rural y étnico, con una importante participación femenina; los proyectos de transición energética, y la infraestructura ecológica, que ligó directamente con la recuperación económica post pandemia. Y añadió que “a través de la Política Exterior, Panamá promueve la protección del medioambiente, el desarrollo sostenible, la igualdad de género y el multilateralismo”.
Al concluir su intervención, la ministra Erika Mouynes repasó las ventajas competitivas del país frente a los compromisos climáticos, como el hecho de ser carbono negativo (sumidero de CO2), uno de solo tres en el mundo; o la protección del 30% de las aguas territoriales, meta planteada para 2030 que Panamá alcanzó como “blue leader 30×30”.