José Raúl Mulino prometió durante su acto de proclamación como presidente electo de Panamá, repatriaciones para los migrantes que atraviesen el Darién, la selva fronteriza con Colombia.
La Junta Nacional de Escrutinio oficializó a Mulino como nuevo mandatario para el período 2024 - 2029 y le entregó las credenciales durante un acto en Ciudad de Panamá. Sin embargo, el próximo 1 de julio comienza oficialmente el nuevo Gobierno, tras un proceso escalonado de transición que iniciará el 3 de junio.
Panamá se ha convertido en el epicentro de una inédita crisis migratoria. En lo que va del año ya han pasado por el Darién más de 130.000 personas, la mayoría venezolanos, en su camino hacia Norteamérica, un número que podría superar la histórica cifra de 520.000 migrantes en 2023.
"Un recuerdo que no le deseo a nadie vivir"
Y agregó: "Eso para mi forma parte de un recuerdo que no le deseo a nadie vivir. Haré todo el esfuerzo dentro de 5 años para que por estas fechas el nuevo presidente o presidenta asuma el poder en una transferencia pacifica en unas elecciones libres".
Mulino, un político con trayectoria y con un carácter fuerte, ganó la Presidencia de Panamá el pasado domingo con el 34,2 % de los votos, apoyado por los partidos Realizando Metas (RM) y Alianza, según el 100% de las actas ya escrutadas.
Llegó de manera accidentada a ser candidato presidencial, dos meses antes de los comicios, pues era el compañero de fórmula del expresidente Ricardo Martinelli (2009 - 2014) hasta que e exgobernate fue inhabilitado políticamente tras ser condenado a más de 10 años de prisión por lavado, caso que lo llevó a asilarse en la Embajada de Nicaragua en Panamá.
Aplaude a los diputados independientes
Mulino, de 64 años, reconoció durante su discurso que las elecciones fueron "únicas" e "inéditas", con una alta tasa de participación (77,64 %). Aplaudió el triunfo de las candidaturas independientes, lideradas por jóvenes que lograron 20 de los 71 escaños del Parlamento, convirtiéndose así en la primera fuerza dentro del Legislativo y desplazando a un segundo lugar a los partidos tradicionales.
Reiteró su intención de gobernar junto a la oposición, tendiendo la mano a esa bancada de independientes.
Mulino habló de trabajar para máxima eficiencia económica: "no hay dinero para seguir en la francachela que veníamos con la plata prestada".