El gobierno de Panamá convocó este miércoles a directivos de Cobre Panamá, filial de la canadiense First Quantum Minerals, para que den "explicaciones" sobre su programa de visitas a la mayor mina a cielo abierto de Centroamérica, que dejó de operar por un fallo judicial.
First Quantum Minerals trabaja en arbitraje internacional
En forma paralela avanza sigilosamente en Miami un arbitraje iniciado por la compañía canadiense para proteger su inversión en Panamá. Según medios internacionales, la minera "buscaría 20.000 millones de dólares" en esta instancia, versión que no ha sido confirmada por la empresa.
Plan de visitas a la mina
El plan anunciado el martes contempla que cualquier panameño adulto -o extranjero residente- podrá visitar la mina, situada en una remota zona de la costa caribe. Solo deben inscribirse en internet.
El propósito de las visitas es "tener canales de comunicación abiertos" con la ciudadanía para contrarrestar "la campaña de desinformación" contra la mina, según la portavoz de la empresa, Maru Gálvez.
Este programa fue anunciado cuatro días después de que nueve oenegés denunciaran "graves incumplimientos" del gobierno panameño en el proceso de cierre, con riesgo de deslaves.
En una aparente respuesta a las críticas de las oenegés, el Ministerio de Industrias dijo en su comunicado que en la primera semana de marzo enviará a la minera las recomendaciones para un "cierre ordenado y seguro de la mina".
La mina Cobre Panamá producía desde 2019 unas 300.000 toneladas de concentrado de cobre al año, que representaban el 75% de las exportaciones panameñas y el 5% de su PIB.
Tras el fallo judicial, la mina despidió a la mayor parte de sus 7.000 empleados y ahora solo hay unos 1.400 trabajadores en tareas de mantenimiento. Los caminos de acceso y el puerto donde se embarcaba el cobre están desiertos.