Rusia manifestó este lunes su preocupación por la situación "potencialmente peligrosa en Kosovo y manifestó su apoyo a Serbia tras un incidente armado el fin de semana que alimentó tensiones entre Pristina y Belgrado.
La calma regresó el domingo al monasterio del norte de Kosovo en el que se atrincheraron durante varias horas una treintena de hombres armados, después de la muerte de un policía kosovar la noche anterior.
Esa región de Kosovo suele registrar incidentes de este tipo, pero las tensiones se dispararon en mayo después de que los dirigentes kosovares instalaron alcaldes de etnia albanesa en cuatro municipios de mayoría serbia.
Serbia se niega a reconocer la independencia de su antigua provincia, cuya población de 1,8 millones de habitantes, de mayoría albanesa, incluye una comunidad de origen serbio de unas 120.000 personas, que viven esencialmente en el norte de ese territorio.
La guerra de Kosovo (1998-1999) entre fuerzas serbias e independentistas albanokosovares dejó 13.000 muertos, la mayoría albaneses.