El papa Francisco volvió a sus raíces este fin de semana, con una visita a Piamonte, la región del noroeste de Italia de donde vienen sus antepasados.
"Y en estas tierras, valiosas por sus buenos productos agrícolas y sobre todo por la auténtica laboriosidad de la gente, he venido a reencontrar el sabor de las raíces", añadió.
El papa llegó en silla de ruedas a la catedral, sonriente y visiblemente emocionado.
La víspera celebró en privado los 90 años de una de sus primas, descendiente de un hermano de su abuelo, Carlo Bergoglio, el único de los hermanos que no emigró a Argentina.
El abuelo del papa, en cambio, emigró con toda su familia, incluido su padre.
"Agradezco mucho a las autoridades civiles y religiosas por los preparativos que hicieron posible que esta visita tan deseada se haga realidad", añadió durante el Ángelus, la tradicional oración dominical.
El sumo pontífice se refirió también a la guerra en Ucrania: "Pensemos en todos los lugares del mundo afectados por la guerra, en particular a la martirizada Ucrania (...) Sigamos orando por la paz".