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Migrantes africanos, al límite de sus fuerzas en el desierto

Desde hace unas dos semanas, los guardias fronterizos libios dicen haber socorrido a cientos de migrantes, abandonados en la frontera.

AFP
Por AFP

Caminando hasta el agotamiento, cientos de migrantes africanos ingresan cada día a Libia, tras haber sido abandonados en la frontera, en pleno desierto, por las fuerzas de seguridad tunecinas, según sus testimonios y los de la guardia fronteriza libia. Un centenar de migrantes fueron rescatados el domingo por guardias libios cuando deambulaban en una zona árida deshabitada cerca de Sebjat al Magta, un lago salado, a lo largo de la frontera entre Túnez y Libia, constató un equipo de AFP.

Es mediodía, cuando el calor es más insoportable y supera los 40 grados. Una patrulla encuentra a un hombre desmayado e intenta reanimarlo vertiéndole algunas gotas de agua en los labios. Casi no respira.

A lo lejos, se distinguen seis puntos negros. Unos minutos más tarde, estos migrantes explican en árabe que vienen de Túnez.

Desde hace unas dos semanas, los guardias fronterizos libios dicen haber socorrido a cientos de migrantes, abandonados en la frontera, según ellos, por las autoridades tunecinas, a la altura de la localidad de Al Assah, a 150 km a suroeste de Trípoli.

Tras los enfrentamientos entre migrantes y habitantes, que causaron la muerte de un tunecino el 3 de julio, cientos de africanos subsaharianos fueron expulsados de Sfax, principal punto de partida en Túnez para la migración clandestina hacia Europa.

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Caminando hasta el agotamiento, cientos de migrantes africanos ingresan cada día a Libia, tras haber sido abandonados en la frontera, en pleno desierto, por las fuerzas de seguridad tunecinas.

Caminando hasta el agotamiento, cientos de migrantes africanos ingresan cada día a Libia, tras haber sido abandonados en la frontera, en pleno desierto, por las fuerzas de seguridad tunecinas.

- Se desploman, extenuados -

Según la oenegé Human Rights Watch, al menos "1.200 ciudadanos subsaharianos" fueron "expulsados" por las fuerzas de seguridad tunecinas hacia las fronteras con Libia, al este, y con Argelia, en el oeste.

La Media Luna Roja tunecina acogió luego a más de 600 en Ras Jedir, una zona que separa Túnez de Libia, y a otros 200 del lado argelino.

Pero cerca de Al Assah, a 40 km al sur de Ras Jedir, siguen llegando, desorientados, por grupos de dos o tres, o por decenas. Extenuados por el calor y la sed, se desploman a los pies de los guardias.

"Estamos en la línea de demarcación entre Libia y Túnez y vemos llegar cada vez más migrantes a diario", explica Ali Wali, portavoz de la unidad militar libia del Batallón 19. "Estamos en la línea de demarcación entre Libia y Túnez y vemos llegar cada vez más migrantes a diario", explica Ali Wali, portavoz de la unidad militar libia del Batallón 19.

En su radio de acción de 15 km alrededor de Al Assah, recuperan "según los días, 150, 200, 350, y a veces hasta 400/500 clandestinos", dice.

Esta vez son 110, entre ellos dos mujeres. Otras dos, mencionadas por un migrante, no fueron encontradas.

Los supervivientes cruzaron la frontera sin saberlo, caminando en la dirección indicada por la policía tunecina: Libia.

- Dos días de marcha -

Haytham Yahiya es sudanés. Trabajaba desde hacia un año en el sector de la construcción en Túnez, donde llegó clandestinamente pasando por Níger y Argelia.

"Estaba en el trabajo cuando me atraparon y me trajeron aquí, primero en un coche de policía, luego en un camión militar y luego me abandonaron, diciéndome de ir a Libia", cuenta.

Bajo un sol abrasador, sin agua ni comida, algunos de ellos han "caminado durante dos días".

Es el caso de Alexander Unche Okolo, llegado ilegalmente "a Túnez a través de Argelia". Pasó poco tiempo en la capital, cuando fue "detenido en la calle" recientemente y luego "llevado al desierto del Sáhara", explica este nigeriano de 41 años.

Todavía conmocionado, muestra la pantalla de su teléfono: "me lo rompieron y me golpearon", afirma.

Según el portavoz militar Wali, el sábado "fueron hallados dos cadáveres, y dos días antes, otros cinco, entre ellos el de una mujer y su bebé, además de otros cinco encontrados hace una semana".

"¿Cómo quiere que sobrevivan a esto? Con el calor, sin agua y caminando dos, tres días", exclama.

Según organizaciones humanitarias en Libia, contactadas por AFP, el balance es de al menos 17 muertos en estas últimas tres semanas.

En Ras Jedir, unos 350 migrantes malviven en un precario campamento, entre ellos 65 niños y 12 mujeres embarazadas.

"Sus condiciones de vida son muy problemáticas", explica un responsable humanitario en Libia. Otros 180 migrantes, entre los cuales unos 20 menores, han recibido alojamiento provisional en Al Assah, agrega.

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