Nicolás Maduro, quien juró en enero para un tercer mandato en Venezuela tras su cuestionada reelección el año pasado, aseguró este domingo que el tiempo de "las órdenes en inglés" se acabó en el país caribeño, el cual, dijo, no es "colonia de nadie".
Este domingo, el mandatario norteamericano notificó a los socios de la petrolera estatal venezolana Pdvsa, entre ellos la española Repsol, que sus permisos para exportar crudo y derivados del país caribeño quedaban cancelados, según informaron en las últimas horas medios estadounidenses.
Además de Repsol, entre las compañías afectadas están la estadounidense Global Oil Terminals, la italiana Eni, la francesa Maurel & Prom y la india Reliance Industries, que habían recibido permisos para operar con crudo venezolano en sus refinerías de todo el mundo, de manera excepcional a las sanciones contra Caracas.
Según la prensa de EE.UU., la mayoría de estas petroleras ya había suspendido las importaciones de petróleo venezolano después de que esta semana Trump ordenara un arancel del 25 % a compradores de crudo y gas de la nación suramericana.
En los casos de Repsol y Reliance, con gran presencia en Estados Unidos, se había solicitado autorización para operar en Venezuela y evitar incurrir en sanciones.
Ahora, las empresas tienen hasta finales de mayo para liquidar las operaciones en el país latinoamericano, intensificando la campaña de la Administración Trump para aislar al chavismo.
Sanciones
Maduro, quien insiste en que cualquier sanción será "enfrentada, controlada y superada", dijo este sábado que la Organización Mundial del Comercio (OMC) "casi" está "herida de muerte", a causa de la "caótica" guerra comercial y las "agresiones económicas contra todos los países".
Expertos consultados por EFE advierten de un nuevo escenario adverso para la nación caribeña, en vista de la decisión de Trump de imponer aranceles a los que compran crudo a Caracas y el fin de la licencia a la norteamericana Chevron, medidas que, según las fuentes, comprometen al corazón de la economía venezolana, cuya producción superó en enero pasado el millón de barriles por día (bpd) por primera vez desde junio de 2019.