Las autoridades de Irán hicieron un balance de más de 300 muertos en las protestas ocurridas en el país desde mitad de septiembre, a raíz de la muerte en detención de Mahsa Amini, acusada de incumplir el rígido código vestimentario femenino. La muerte en detención el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años, suscitó una ola de manifestaciones primero en Teherán y luego en distintas provincias del país. Las movilizaciones fueron reprimidas por las fuerzas del orden.
La cifra incluye a decenas de policías, soldados y milicianos muertos en enfrentamientos con manifestantes o asesinados, según las autoridades iraníes.
Por su lado, la oenegé Iran Human Rights, con sede en Oslo, afirma que la "represión de las protestas en Irán" causó al menos 416 muertos.
Esa cifra incluye a los muertos en la violencia desatada tras las protestas por la muerte de Amini, y también a los fallecidos en los disturbios ocurridos en la provincia suroriental de Sistán Baluchistán.
En esta provincia de mayoría sunita -frente a la rama chiita imperante en el resto del país- se produjeron a fines de septiembre unas protestas por la presunta violación de una adolescente de 15 años por parte de un policía. Las manifestación fueron también reprimidas, según Iran Human Rights.
En las manifestaciones por la muerte de Mahsa Amini, miles de iraníes y unos cuarenta extranjeros fueron detenidos, y más de 2.000 personas inculpadas, según las autoridades judiciales.
Entre los inculpados, seis fueron condenados a muerte en primera instancia y su destino depende ahora de la Corte Suprema, que debe decidir qué hace con sus recursos.
- Detenidos liberados -
Desde la revolución islámica de 1979, la ley impone a todas las mujeres cubrirse el cabello en público con un velo y llevar ropa discreta. La policía de la moral patrulla en las calles para verificar el cumplimiento de esta norma.
Sin embargo, desde hace dos décadas son cada vez más las mujeres que dejan lucir sus mechas en Teherán y en otras grandes ciudades de Irán.
La muerte de Mahsa Amini causó una enorme indignación entre la población. Y los efectos se han hecho sentir incluso en el mundial de fútbol de Catar, donde los jugadores de la selección iraní se negaron la semana pasada a cantar el himno nacional en el partido contra Inglaterra, a modo de protesta.
Este martes jugarán en Doha contra Estados Unidos para buscar el pase a octavos de final, en lo que se anuncia como un partido con una fuerte carga política.
De su lado, la justicia iraní anunció la liberación de más de 1.100 detenidos, tras la victoria el viernes de la selección iraní contra Gales.
"Tras la orden del jefe del poder judicial luego de la victoria del equipo nacional, 1.156 detenidos fueron liberados de las prisiones de 20 provincias del país", indicó este martes la agencia de la Autoridad Judicial Mizan Online, que precisó que esa cifra incluye personas arrestadas durante las recientes protestas.
El lunes, esa misma agencia había informado de 709 liberaciones.