Alcaldías y comunidades fronterizas de Guatemala, Honduras y El Salvador se unieron este lunes 14 de marzo en Citalá, norte salvadoreño, para limpiar el trinacional río Lempa, importante abastecedor de agua en la región, en el Día Internacional de Acción por los Ríos.
A unos 95,5 km al norte de San Salvador, en la ciudad de Citalá, el alcalde Luis Ochoa junto con su homólogo de la hondureña Ocotepeque, Israel Aguilar, y pobladores de la zona, recogieron botellas de plástico. Del lado guatemalteco, en Esquipulas, el alcalde Carlos Lapola Rodríguez también hacía lo propio.
"La idea es que todos nos unamos para el rescate del río que es fuente de agua para cultivos y para las personas", declaró Aguilar, de 56 años.
Para Ochoa, de 48 años, el paso dado por las municipalidades fronterizas es de "gran trascendencia" por cuanto el agua del río Lempa se convierte en "potable" para la capital salvadoreña.
"De no tomar medidas correctivas, además de ser un río contaminado, en unas décadas será un río intermitente por los efectos del cambio climático", advirtió Aguirre.
"Participo en la limpieza porque el río Lempa ayuda a la producción de alimentos y debe ser una herencia segura para las nuevas generaciones", dijo José Sandoval, un transportista de 30 años originario de Citalá.
El Lempa es la mayor de las vertientes del Pacífico. Cada año resiente la muerte de sus especies por las aguas del procesamiento del café, una de las principales actividades agrícolas de la zona.
Nace en las montañas del municipio guatemalteco de Olopa a 1.500 metros de altitud, y sus 422 kilómetros recorren territorio de Guatemala (30,4 km), Honduras (31,4 km) y El Salvador (360,2 km), donde desemboca en el Pacífico.
El Lempa es una fuente de vida para las poblaciones por las que pasa: sirve para la pesca, para irrigar los sembradíos, alimenta plantas hidroeléctricas y, tras ser tratada, abastece de agua de consumo a gran parte de El Salvador, donde está la mayor parte de su extensión.
El Lempa resulta estratégico para El Salvador, que tiene cuatro centrales hidroeléctricas que producen 38% de la demanda energética del país, y abastece de agua a más de un millón de habitantes, de los seis millones que tiene el país.