El caso más importante en décadas sobre indigencia ha llegado a la Corte Suprema cuando un número récord de personas en Estados Unidos carecen de un lugar permanente para vivir.
Una muestra representativa de funcionarios del oeste del país y de California, donde se asienta casi un tercio de la población sin hogar del país, argumenta que esas decisiones les han impedido adoptar medidas de “sentido común” destinadas a evitar que los campamentos de los indigentes se apoderen de parques y aceras públicas.
Los grupos de defensa consideran que las decisiones brindan protecciones legales esenciales, especialmente con un número cada vez mayor de personas que se ven obligadas a dormir a la intemperie a medida que aumenta el costo de la vivienda.
El caso ante la Corte Suprema proviene de Grants Pass, una pequeña ciudad enclavada en las montañas del sur de Oregon, donde el precio de los alquileres están en aumento y sólo hay un albergue para adultos para pasar la noche. A medida que un número creciente de tiendas de campaña se amontonaron en sus parques, la ciudad prohibió acampar y fijó multas de 295 dólares a quienes durmieran allí.
La Corte Federal de Apelaciones del Noveno Circuito bloqueó en gran medida la prohibición de acampar al considerar que es inconstitucional castigar a las personas por dormir a la intemperie cuando no hay espacios adecuados para refugiarse. Grants Pass apeló ante la Corte Suprema, con el argumento de que el fallo le dejaba pocas opciones buenas.
“Realmente ha hecho imposible que las ciudades aborden los campamentos crecientes, y son inseguros, insalubres y problemáticos para todos, especialmente para quienes viven sin techo”, dijo la abogada Theane Evangelis, quien representa a Grants Pass.
El caso se produce después que la cantidad de indigentes en Estados Unidos creciera un 12%, hasta su nivel más alto reportado, ya que el aumento del precio de los alquileres y una disminución de la asistencia por la pandemia de COVID-19 se combinaron para dejar la vivienda fuera del alcance de más personas, según datos federales. Cuatro de cada 10 indigentes duermen al aire libre, según un informe federal.
Se estima que hay más de 650.000 personas en indigencia, la mayor cantidad desde que el país comenzó a utilizar la encuesta anual Point-in-Time Count en 2007. Las personas de raza negra, las personas LGBTQ+ y los adultos mayores se ven afectados de manera desproporcionada, dijeron los defensores.
Dos de los cuatro estados con las mayores poblaciones de indigentes del país, Washington y California, están en el oeste. Las autoridades de ciudades como Los Ángeles y San Francisco señalan que no quieren castigar a las personas simplemente porque se ven obligadas a dormir a la intemperie, pero que las ciudades necesitan tener la capacidad de mantener bajo control los campamentos crecientes.