El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este viernes que el Mercosur y la Unión Europea (UE) están "cerca de cerrar" un acuerdo de libre comercio, sobre el que se centrará la cumbre del bloque sudamericano el jueves próximo.
Lula mantuvo encuentros separados este viernes al margen de la COP28, en Dubái, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y con el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, actualmente a cargo de la presidencia del bloque comercial europeo.
El mandatario brasileño y Von der Leyen coincidieron en que "hubo avances significativos en las reuniones entre los equipos técnicos de los dos lados" en los últimos días, especialmente luego de una comunicación telefónica entre ambos, señaló la Presidencia de Brasil en un comunicado.
Las negociaciones "continuarán" hasta la cumbre del Mercosur -fundado además por Argentina, Paraguay y Uruguay-, que se realizará el 7 de diciembre en Río de Janeiro.
Allí, se espera que el anfitrión, Lula, promueva la conclusión del acuerdo finalizado en 2019 tras más de dos décadas de negociaciones, pero con nuevas diferencias en los últimos años.
"La UE está comprometida a cerrar este acuerdo", afirmó Von der Leyen en X, junto a una foto con el líder brasileño, a quien le prometió apoyo.
En tanto, Sánchez celebró en la misma red la reunión "para dar impulso político al acuerdo", que será un paso "histórico", y "permitirá reforzar proyectos estratégicos en energías renovables, hidrógeno verde, lucha contra la deforestación o transición digital".
Este viernes, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, dijo que espera "buenas noticias" sobre el acuerdo, basado en las voluntades políticas de autoridades europeas.
En tanto, el futuro gobierno argentino de Javier Milei, quien asumirá el 10 de diciembre, manifestó la "importancia" de concluir el acuerdo.
El pacto definitivo ha estado rodeado de tensiones, algunas desde el inicio, como la resistencia de agricultores franceses.
Pero en marzo se adicionaron otras nuevas, cuando la Unión Europea presentó un documento con exigencias medioambientales para el sector agropecuario cuyo incumplimiento suponía sanciones.
Del lado del Mercosur se rechazó el "proteccionismo verde". El bloque respondió con exigencias propias, como la creación de un fondo ambiental para apoyar a los países en desarrollo.
A un eventual acuerdo entre los bloques le seguirá otro desafío: la aprobación parlamentaria en los países miembros.