El gobernador de Florida, Ron DeSantis, advirtió el sábado sobre una “cultura perdedora” republicana y trató de debilitar la figura del expresidente Donald Trump en el Partido Republicano al cortejar a los electores del decisivo estado de Iowa.
Trump, candidato a la presidencia por el Partido Republicano desde noviembre, tenía previsto demostrar su fuerza política con un gran mitin al aire libre en Des Moines, la capital del estado, más tarde, pero canceló el evento debido a una alerta de tornado.
Los votantes del estado están evaluando a DeSantis y a Trump, dos importantes figuras republicanas que están entre una media docena de candidatos del partido que ya anunciaron sus candidaturas o se tiene previsto que las anuncien próximamente. Trump está muy por encima de sus rivales en las encuestas preliminares, mientras que DeSantis es considerado ampliamente como el potencial rival más fuerte.
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Trump esperaba regresar a la comodidad del escenario de campaña presidencial tras una tumultuosa semana.
El martes, un jurado civil de Nueva York lo declaró responsable de abusar sexualmente y de difamar a la columnista E. Jean Carroll y le ordenó pagarle 5 millones de dólares. Un día después, durante un polémico debate público en la cadena CNN, insultó repetidamente a Carroll, reafirmó las mentiras sobre su derrota en las elecciones de 2020 y minimizó la violencia registrada durante el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
DeSantis ha formado su reputación como un gobernador de derecha dispuesto a presionar duro para impulsar las políticas conservadoras e incluso asumir una pelea política con la compañía Disney, algo que destacó en Sioux Center. Pero hasta ahora, no ha mostrado el mismo entusiasmo por enfrentarse a Trump, que se ha centrado casi exclusivamente en criticar a DeSantis durante meses.