El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, avisó este domingo, antes de reunirse con el gabinete de guerra de cara a una nueva ronda de negociaciones de tregua en Gaza, que no va a detener la guerra ni convocar elecciones pese a las crecientes “presiones internacionales”.
“Operaremos en Rafah. Esta es la única manera de eliminar al resto de los batallones asesinos de Hamas y esta es la única manera de aplicar la presión militar necesaria para liberar a todos nuestros secuestrados”, dijo.
Desde el estallido de la guerra en el enclave palestino, Netanyahu mantiene un pulso con la comunidad internacional, incluso con su gran aliado, Estados Unidos, que le pide que no invada Rafah si no puede garantizar la seguridad de los 1.4 millones de personas desplazadas del norte.
Por último, Netanyahu criticó a quienes, tanto dentro en protestas multitudinarias como fuera de su país, piden nuevas elecciones: “Lo hacen porque saben que las elecciones ahora detendrán la guerra y paralizarán el país durante al menos seis meses”.
El 15 de marzo, el líder de la mayoría demócrata en el Senado estadounidense, Chuck Schumer, acusó a Netanyahu de ser el principal “obstáculo” para lograr la paz en la región y pidió la convocatoria de elecciones.
“En lugar de presionar a Israel, que está librando una guerra injusta contra un enemigo que no puede ser más cruel, dirijan su presión contra Hamás y su patrón: Irán. Son ellos quienes representan un peligro para la región y el mundo entero”, dijo.