La magistrada María Fernanda Castro, de la Corte Suprema de Honduras, conversó con “El Polígrafo”, de la Estrella de Panamá y Eco Tv , sobre los retos de la justicia en su país. La poca credibilidad en el sistema resulta un desafío mayor para la justicia de los países latinoamericanos como Honduras, principalmente. En la vecina Corte Suprema de Honduras se impulsó la digitalización y control de los expedientes –en tiempo– en cada despacho para intentar ofrecer un mejor servicio al usuario. A esto se suman las amenazas de grupos criminales que han obligado al sistema a proporcionar 'un alto nivel de protección' a los jueces en cuestión. La magistrada de la Corte Suprema de Honduras fue elegida por el Congreso de su país luego, dice, de un proceso minucioso de justicia en el que se tiene en cuenta si el aspirante contrajo deudas, antecedentes penales, y son sometidos a pruebas de polígrafo para intentar garantizar su integridad en el ejercicio en la Corte Suprema de Honduras y la justicia.
Yo creo que Honduras, como el resto de los países de Latinoamérica en general, tiene la justicia como un valor sensitivo en las decisiones que tomamos en la Corte Suprema de Honduras hasta como ciudadanos en general. Podría decir que no somos muy distintos en relación con la percepción de justicia, también está moldeada por los acontecimientos de la actualidad, sobre todo por aquellos que trascienden mediáticamente. De ahí que existen entidades de los poderes de justicia de la región y nos reunimos para analizar los desafíos a enfrentar, si son comunes y cómo se enfrentan en diferentes países. Tal vez eso no trasciende mediáticamente, de ahí que la percepción de la ciudadanía es más que todo con casos relevantes y no necesariamente viendo los esfuerzos que desde la institución se realizan para dar un mejor servicio, en este caso la Corte Suprema de Honduras.
¿Cómo se realizan las auditorías tanto a jueces o magistrados de segunda instancia o de la Corte Suprema de de Honduras?
Te diré que hay varios sistemas en la Corte Suprema de Honduras. Si están insertos en el procedimiento de gestión de calidad, nosotros tenemos al menos tres procedimientos de auditoría. El primero es una revisión interna en el que vemos cuáles han sido los objetivos que nos planteamos periódicamente dentro de la sala a cumplir, por lo general debemos cumplir con el plan estratégico, pero también a eliminar el rezago. Somos conscientes en la Corte Suprema de Honduras de que todos los sistemas tenemos rezago y dar una respuesta en períodos más breves. En eso hay que pensar que vamos a ser usuarios del sistema algún día. Eso, por un lado, vemos qué hacer para que las cosas que no hemos alcanzado las podamos hacer. Luego hay una fase de revisión externa que la realiza otro despacho que también está inserto en el sistema de gestión de calidad. Esas personas evalúan nuestro trabajo, cómo hemos cumplido los objetivos, qué hemos hecho, qué dicen los indicadores con respecto a ello, porque todo tiene que estar documentado. Entonces ellos nos dan un porcentaje de cumplimiento.
Por lo general siempre tenemos que mejorar en algo en la Corte Suprema de Honduras y empezamos a trabajar en los detonantes. Y luego, nosotros tenemos una alianza con el poder judicial de Costa Rica y ellos son nuestros finales auditores externos. Ellos nos indican al final del día el aval de acreditación o reacreditación del despacho.
La transparencia es un ingrediente importante en la justicia, no solo en cuanto a los fallos, sino en la celeridad que se les da a los casos. En Panamá carecemos de un sistema digital en tiempo real para poder ver el curso de un caso. ¿En Honduras cómo funciona el proceso de digitalización?
Realmente en este periodo de esta CSJ hemos avanzado mucho. Tenemos una Unidad de Gestión de Calidad que acredita a los despachos judiciales y algunas dependencias administrativas o en proceso de acreditación.
Esto significa que toda la información se sistematiza, van a un juzgado o una sala que está inserta en la gestión de calidad y la información la proveen de inmediato. Pueden decir cuándo entró un expediente en mi oficina, cuánto tiempo tiene el magistrado para leerlo y cuándo saldrá de mi oficina, por ejemplo. Te puede decir también en qué sesión de sala se fallará en el caso, porque hay términos que están establecidos en la ley, pero hay términos dentro de los despachos que no están establecidos en la ley. Nosotros sí los tenemos identificados y vamos reduciéndolos. La ciudadanía hace esto muy seguidamente. Nos han enviado notas al pleno para responder cuántos expedientes entraron en tal año, cuántas sentencias se dieron y cuántas nos faltan por dictar. Esa información la podemos hacer de manera automática porque tenemos sistematizado todo y los indicadores nos arrojan un porcentaje de cumplimiento de lo que hemos hecho. Dentro de los despachos hay jerarquías, pero a final de cuentas tenemos al usuario que tiene sus necesidades y tratamos de solventarlas. Sabemos que es un trabajo en desarrollo, hay mucho por hacer, pero es programático.