Con la participación de delegaciones de alto nivel de siete países de América Latina, Panamá fue sede del Taller Subregional sobre los Vínculos entre el Comercio y las Finanzas, un encuentro técnico enfocado en fortalecer las capacidades nacionales frente al riesgo de financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva.
El evento contó con delegaciones de Chile, Argentina, Brasil, República Dominicana, Colombia, Perú, Paraguay y Panamá, integradas por bancos centrales, autoridades aduaneras, supervisores financieros y oficinas de comercio estratégico. Los participantes compartieron experiencias y mejores prácticas para mejorar la detección y prevención de operaciones ilícitas.
El taller fue organizado por la Comisión Nacional contra el Blanqueo de Capitales, el Financiamiento del Terrorismo y el Financiamiento de la Proliferación del Ministerio de Economía y Finanzas de Panamá, en conjunto con el Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) de la OEA, con apoyo del Programa EXBS del Departamento de Estado de EE. UU. y la Cancillería panameña.
La agenda técnica incluyó debates sobre marcos legales e institucionales, responsabilidades de los supervisores financieros, señales de alerta y tipologías vinculadas al comercio estratégico, técnicas de evasión de sanciones internacionales —con énfasis en el caso de Corea del Norte— y el rol del sector privado en procesos de debida diligencia (Due Diligence) y conocimiento del cliente (KYC).
Panamá tuvo una participación destacada a través de instituciones como el MEF, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio Público, Superintendencia de Bancos, Autoridad Nacional de Aduanas y la Unidad de Análisis Financiero. También se sumaron expertos internacionales, entre ellos Scott Spence, del CICTE/OEA y exmiembro del Comité de Expertos de la Resolución 1540 del Consejo de Seguridad de la ONU, además de representantes de entidades financieras y comerciales como ABAV, Latinex y Banistmo.
El encuentro concluyó con mesas de trabajo interdisciplinarias en las que se analizaron riesgos comunes en la región, resaltando la necesidad de capacitación permanente, mayor intercambio de información y un diálogo más sólido entre el sector público y privado.
La reunión reafirma el compromiso de los países participantes con la seguridad internacional y la consolidación de capacidades nacionales que garanticen controles más eficaces y sostenibles en comercio y finanzas.