El máximo goleador de la selección Colombia, Radamel Falcao García, confesó que el secuestro del padre de su compañero Luis Díaz en medio de un repunte del conflicto armado lo llevó a "frenarse" en su ilusión de jugar en el fútbol de su país. El "Tigre", de 37 años, ha expresado su anhelo de jugar en Millonarios de Bogotá en el ocaso de su carrera.
"Esto (el secuestro) es una cosa que no se veía (...) no solamente porque sea futbolista, son cosas que al final no deben pasar y sí se ha notado un poco la inseguridad en Colombia, entonces ya tener un compañero cercano y que viva esa situación es muy cruel", añadió.
Fanático confeso de Millonarios, el delantero podría estar cerca del retiro tras sus exitosos pasos en Oporto, Atlético de Madrid y AS Mónaco, entre otros clubes.
El secuestro del padre de Luis Díaz fue uno de los mayores golpes a la política de paz del presidente izquierdista Gustavo Petro, que desde noviembre de 2022 dialoga con el ELN con miras a su desarme.
Este año el Ministerio de Defensa registró 286 secuestros en comparación con los 166 del año pasado. El fin de semana la guerrilla de inspiración guevarista se comprometió a abandonar esa actividad de fines extorsivos en Ciudad de México.
En la década de los años 90, integrantes de la selección Colombia fueron víctimas de la violencia en pleno auge del narcotráfico y la delincuencia común.
En 1993 el hijo del lateral Luis "Chonto" Herrera fue secuestrado durante 24 horas para cobrar una extorsión y después del Mundial de 1994 el central Andrés Escobar fue asesinado a balazos en Medellín (noroeste).