El secuestro del padre del futbolista Luis Díaz a manos de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), según ha señalado el gobierno de Colombia, puso nueva presión sobre el diálogo de paz que adelantan las partes ante el eco que ha tenido el plagio en la opinión pública nacional e internacional.
El presidente colombiano Gustavo Petro aseguró el viernes a la prensa que el ELN es el “responsable de la vida” de Díaz en un acto que va “contra el mismo proceso de paz” y expresó su rechazo al secuestro.
Hasta hace pocas horas la policía se encargaba de informar los operativos que desplegó desde el sábado cuando fue secuestrado. Sin embargo, la delegación de paz del gobierno asumió la vocería el jueves para informar que tuvieron “conocimiento oficial” de que los secuestradores son miembros del ELN y exigieron su liberación.
Para Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento del Diálogo de Paz en la Universidad Nacional, el secuestro de Díaz genera un impacto político negativo que acentúa la desconfianza de algunos sectores de la sociedad hacia el ELN, una guerrilla fundada en 1964 que ha tratado de negociar la paz sin éxito en cinco oportunidades anteriores.
La negociación con el ELN se reanudó en noviembre de 2022 por iniciativa del gobierno de Petro luego de más de tres años de suspensión causada por un ataque con explosivos a una escuela de policía que causó la muerte de 22 personas.
Los padres del futbolista fueron secuestrados el sábado por hombres armados que se movilizaban en motocicletas en Barrancas, un pueblo de 40.000 habitantes ubicado en norte de Colombia. La madre, Cilenis Marulanda, fue rescatada horas después luego de que las autoridades desplegaran un “plan candado” que permitió bloquear las vías de comunicación de la zona.
El viernes despegaron aeronaves militares para continuar el monitoreo aéreo de la Serranía del Perijá, una región montañosa y de difícil acceso que comparte frontera con Venezuela, y realizar labores en busca de Díaz, quien es muy conocido en Barrancas por entrenar a decenas de niños en una escuela de fútbol.
Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia del International Crisis Group, dijo a AP que el secuestro de los padres del deportista configura un “incidente muy grave” para el ELN cuando justamente pactó un cese del fuego bilateral con el gobierno desde el 3 de agosto.
La situación, a su juicio, muestra la importancia de que el alto el fuego tenga protocolos muy detallados que especifiquen acciones prohibidas como el secuestro y no dejen espacio para interpretaciones ambiguas.
La delegación de paz gubernamental exigió la liberación de Díaz y advirtió que llevará el caso ante el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del cese del fuego bilateral. La misión de las Naciones Unidas en el país que lo verifica indicó la víspera que la denuncia será tramitada de acuerdo con los protocolos y manifestó su disposición para asistir en la resolución de la situación.