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Latinoamérica lucha por erradicar el mosquito del zika

Sin esperanzas de que se produzca una vacuna para prevenir el zika en un futuro cercano, las autoridades concentran todos sus esfuerzos en la forma más efectiva de combatir el mal: matar el mosquito que transmite el virus.

La fumigación es un método; otro es encontrar y drenar las aguas donde los insectos colocan sus huevos. Y hay más estrategias posibles, incluidos un pez que se devora las larvas, insectos modificados genéticamente y hasta rayos láser.

Pero las autoridades coinciden en que la tarea no será fácil.

La batalla se enfoca en el Aedes aegypti, un enemigo formidable, que transmite no solo el zika, sino otras enfermedades, como el dengue y la chikunguya. Se adapta bien a los humanos, vive mayormente en las casas y puede colocar huevos en cantidades minúsculas de agua. Los platos que se colocan debajo de las macetas con plantas son uno de sus refugios preferidos, lo mismo que neumáticos abandonados, comederos de pájaros y los pequeños pozos de agua de lluvia que se juntan en los toldos.

Estos esfuerzos pueden modificarse o acentuarse a medida que los científicos tratan de determinar si hay una conexión entre el virus y las relaciones sexuales. Autoridades de salud del condado de Dallas, en Texas, dicen que un paciente se contagió de zika tras mantener relaciones con una persona que había estado en un país donde hay un brote del virus. El zika es generalmente transmitido a través de mosquitos.

"Es muy difícil lidiar con un mosquito", expresó Thomas Scott, profesor de entomología y epidemiología de la Universidad de California de Davis. "Son como las cucarachas del mundo de los mosquitos".

El primer caso de zika en Brasil data de mediados del año pasado. El zika es un virus identificado por primera vez en Uganda en 1947 y que luego se esparció por Asia, y los investigadores no saben cómo pegó el salto. Las dos teorías más aceptadas son que fue traído por turistas durante la Copa Mundial de fútbol del 2014 o que llegó durante una competencia internacional de canotaje el mismo año.

Gracias al Aedes aegypti, el virus se propagó rápidamente por Brasil y más de 20 países de la región, el Caribe y más allá todavía, haciendo que la Organización Mundial de la Salud lo declarase una emergencia internacional.

Lo que causa alarma no es la enfermedad en sí, ya que los síntomas iniciales se reducen a una fiebre moderada y una picazón, y solo una quinta parte de los infectados sienten molestias. Lo que preocupa es que las autoridades brasileñas dicen que han notado un aumento en los casos de microcefalia, que hacen que los bebés nazcan con cabezas pequeñas y puede producir una serie de trastornos cerebrales y de otros problemas. La relación entre el zika y la microcefalia, no obstante, no ha sido comprobada por ahora.

Brasil está invirtiendo dinero en la producción de una vacuna contra el zika. Pero pasarán años antes de que se produzca una y los expertos en salud afirman que por ahora, la clave es erradicar la población de mosquitos.

"Los más importante", indicó Jayme Souza Neto, investigador de la Universidad Estatal de Sao Paulo que estudia la interacción entre los virus y los mosquitos, es "tratar de prevenir que los mosquitos lleguen a adultos".

La presidente Dilma Rousseff dispuso enviar a unos 220.000 efectivos de las fuerzas armadas puerta por puerta para detectar los sitios donde se haya juntado un poco de agua. Pero Scott dijo que, si bien eliminar el agua acumulada donde se reproducen los mosquitos es útil, no es suficiente. También hacen falta los pesticidas, expresó.

Oxitec, una firma biotécnica británica, piensa que los mosquitos modificados genéticamente podrían ser parte de la solución. Produce mosquitos machos que han sido modificados de modo tal que sus crías no sobreviven. Estos machos son liberados en las áreas más problemáticas, donde compiten con los mosquitos normales.

La firma dijo que comenzó a experimentar en abril del año pasado como parte de un programa para combatir el dengue en una pequeña ciudad del sudeste brasileño, Piracicaba. Dijo que tras soltarse los mosquitos genéticamente modificados, se redujo en más de un 80% la población de larva.

Ejecutivos de Oxitec aseguran que la compañía, que ha desarrollado proyectos en Panamá y las Islas Caimán, así como en ciudades pequeñas de Brasil, está en condiciones de intensificar su programa para combatir el mosquito en urbes grandes como Recife, metrópoli de 1,5 millones de habitantes que es el epicentro del brote de zika en Brasil.

"Es posible intervenir en ciudades de cualquier tamaño", sostuvo Guilherme Trivellato, supervisor de campo y de producción del criadero de mosquitos de la empresa afuera de Piracicaba. "Cada ciudad presenta desafíos particulares, pero es posible hacerlo".

De todos modos, el zika ya ha sido detectado en 19 estados brasileños y se espera que siga esparciéndose, y algunos expertos dudan que los mosquitos modificados genéticamente sean una solución realista a un problema de esta magnitud.

"Me temo que no es algo realista a nivel de país o incluso regional", dijo Scott.

Jeff Powell, experto en genética de mosquitos de la Universidad de Yale, señaló que un programa de ese tipo sería caro y que "apenas uno interrumpe el programa, la población de mosquitos crece de nuevo".

"No lo veo como una solución a largo plazo", agregó.

Un pequeño proyecto en la Playa San Diego de El Salvador ofrece esperanzas a partir de una estrategia que ha dado resultados en otros sitios.

Usando un programa desarrollado en el 2012 por Marielo Sosa para combatir el dengue, se sueltan pequeños pescados en barriles y tanques donde las familias almacenan agua potable. El pez --tilapia o uno local llamado sambo-- se come la larva del mosquito en los tanques.

"Hasta ahora no hemos tenido ningún caso de dengue ni de chikunguya o de zika", dijo Sosa, cuyo proyecto es usado ahora en seis localidades costeras llenas de mosquitos. En El Salvador se han detectado 7.138 posibles casos de zika y los alcaldes de San Salvador y de comunidades vecinas han expresado interés en esa propuesta.

Otra estrategia para combatir el dengue podría funcionar con el zika. Los científicos han estado estudiando las infecciones de las poblaciones de mosquitos con una bacteria natural llamada wolbachia, que reduce su capacidad de transmitir el dengue. Ahora quieren ver si también funciona con el virus del zika.

Y también está el método conocido como la Guerra de las Galaxias.

Intellectual Ventures, una empresa de Bellevue, estado norteamericano de Washington, ha inventado un aparato que puede detectar mosquitos en vuelo y atacarlos con rayos láser, al menos en un laboratorio. Dicen que el uso de esos aparatos podría algún día limpiar de mosquitos las áreas públicas o reducir su población.

No sería la solución para el actual brote, pero "puede ser una de muchas intervenciones, parte de una estrategia más amplia" para combatir el virus, dijo la empresa en un comunicado.

___ Malcolm Ritter informó desde Nueva York. Colaboraron Christopher Sherman desde San Salvador y el fotógrafo Andre Penner desde Piracicaba, Brasil.