Las autoridades italianas confirmaron este miércoles que veintitrés personas fallecieron en el choque frontal entre dos trenes que circulaban por la misma vía en Apulia (sur del país) e investigan si un error humano pudo ser el responsable del desastre.
El suceso ocurrió cuando dos convoyes circulaban a velocidades comprendidas entre los 100 y los 110 kilómetros por hora en un trayecto en ligera curva, lo que al parecer impidió a los maquinistas siquiera comenzar a frenar al no poder divisarse a tiempo.
El ministro italiano de Infraestructuras y Transportes, Graziano Delrio, explicó ante la Cámara de los Diputados en Roma que se ha creado una comisión de investigación para dirimir eventuales responsabilidades por el choque, registrado en un trayecto de vía única de gran intensidad de tráfico local.
A pesar de las declaraciones de Emiliano, el hallazgo de partes de cuerpos en la zona del siniestro llevó a los medios de comunicación a indicar que el número de fallecidos podía ser mayor, circunstancia a la que se añadieron las comunicaciones telefónicas de familiares de personas a las que declararon como desaparecidas después de que se produjera el accidente.
El choque sucedió poco antes del mediodía local del martes y, además de la aclaración sobre el número real de víctimas, cuyos funerales se oficiarán el sábado, hoy el debate se amplió al estado de la red ferroviaria italiana y el porqué pudo ocurrir un accidente semejante.
Delrio reconoció ante los diputados que el tramo de 37 kilómetros de vía única donde se produjo la tragedia tiene un sistema de comunicación telefónica entre las estaciones que, básicamente, sirve para impedir que haya más de un convoy circulando por la misma vía en sentido opuesto y al mismo tiempo.
"Lamentablemente un sistema como ese, de consentimiento telefónico, que deja completamente al ser humano la posibilidad de una intervención, está considerado hoy de manera mayoritaria como de riesgo", reconoció Delrio.
Informó de que actualmente son 2.700 los kilómetros de vía férrea única en todo el país del total de unos 3.000 de la red considerada como "secundaria".
Italia cuenta con una red de 16.674 kilómetros, de los cuales 9.161 kilómetros funcionan con vía única frente a 7.563 kilómetros de doble vía, de acuerdo al informe de 2015 de la Agencia Nacional para la Seguridad Ferroviaria.
El ministro quiso destacar ante los diputados que en Alemania, existe un sistema de control automático sobre la circulación ferroviaria similar al que, señaló, "se aplica en gran parte de la línea italiana nacional" y precisó que en el caso del accidente de Apulia sucedió en una línea regional.
Agregó que un grave accidente en ese país se produjo por responsabilidad de un jefe de estación, "que quiso compensar un retraso de convoyes", en alusión a un eventual caso similar de responsabilidad humana en el suceso de ayer.
Además, defendió que la empresa privada Ferrotramviaria, que gestiona la línea donde ocurrió el siniestro, "es una de las mejores del panorama italiano en términos de eficiencia y eficacia del servicio".
El titular anunció la disposición inmediata de 1.800 millones de euros suplementarios "para apoyar las redes que no son de competencia nacional" y defendió las inversiones realizadas y previstas en el sector de las infraestructuras ferroviarias.
El presidente de Ferrovie dello Stato, la empresa pública que gestiona la infraestructura ferroviaria, Renato Mazzoncini, protestó tras las declaraciones del ministro, al asegurar que la "polémica sobre la vía única no tiene sentido".
"En Italia y en el resto del mundo la mayor parte de las líneas son de vía única, el sistema de seguridad no depende del número de vías: todas las líneas ferroviarias tienen un nivel de seguridad garantizado, también las de vía única", alegó.
Hoy se conoció que un proyecto de desdoblamiento de la línea ferroviaria entre Bari y Barletta, donde sucedió el accidente, fue aprobado hace ocho años y debía haberse completado en 2015.
Sin embargo, como denunció el diario "La Stampa", retrasos acumulados en el proyecto que incluía ese desdoblamiento -entre otras actuaciones como supresión de pasos a nivel o soterramiento de trayectos- y que contaba con fondos europeos adjudicados impidieron que el tramo del accidente contara ya con doble vía.