El hielo del Océano Ártico se contrajo este verano a su segundo nivel más bajo desde que los científicos comenzaron a monitorearlo por satélite, y los científicos dicen que es otra señal inquietante del calentamiento global.
El Centro Nacional de Información de Nieve y Hielo, en Colorado, informó que el hielo del mar alcanzó su punto bajo de verano el sábado, extendiéndose 4,14 millones de kilómetros cuadrados (1,6 millones de millas cuadradas). Esta marca es la segunda más baja después del registro de 3,39 millones de kilómetros cuadrados (1,31 millones de millas cuadradas) establecido en 2012.
Mark Serreze, director del centro, dijo que el nivel de este año fue técnicamente 10.000 kilómetros cuadrados (3.800 millas cuadradas) menor que en 2007, pero que la cifra es tan cercana que se trata esencialmente de un empate.
Aunque este año no estableció un récord, "hemos reforzado la general tendencia a la baja. No hay evidencia de recuperación aquí", señaló Serreze. "Siempre hemos sabido que el Ártico va a ser el sistema de alerta temprana para el cambio climático. Lo que hemos visto este año está reforzando eso".
El nivel mínimo de este año es casi 2,56 millones de kilómetros cuadrados (un millón de millas cuadradas) más pequeño que el promedio de 1979 a 2000. Ese es el tamaño de Alaska y Texas juntos.
"Es una pérdida tremenda la que estamos observando aquí", agregó Serreze.
Fue un año inusual para el hielo del mar en el Ártico, dijo Serreze. En el invierno, los niveles estuvieron entre sus más bajos de la historia para la temporada fría, pero por otro lado hubo más tormentas de lo normal sobre el Ártico durante el verano. Esas tormentas normalmente mantienen el Ártico nublado y más frío, pero eso no evitó que el hielo del mar se derritiera este año, señaló.
"Los patrones de clima de verano no importan tanto como era antes, de manera que estamos entrando a un nuevo régimen", dijo el experto.
Serreze señaló que no le sorprendería si el Ártico se quede sin hielo en el verano de 2030, algo que afectará la seguridad internacional.
"La tendencia es clara e inquietante", dijo en un correo electrónico el científico Kevin Trenberth, del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica. "De hecho es por eso que el oso polar es el paradigma por excelencia del cambio climático inducido por el humano, pero los efectos no son sólo en el Ártico", añadió.
Una teoría reciente divide a los científicos especialistas en el clima: El derretimiento del hielo de mar en el Ártico puede cambiar la corriente de chorro y el clima más al sur, especialmente en invierno.
"Lo que sucede en el Ártico no se queda en el Ártico", dijo el especialista en clima Michael Mann, de la Universidad Estatal de Pennsylvania.
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