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El ejercicio democrático de los debate: Cámara Opina

La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura en su comunicado de los domingo habla de la importancia de los Debate. Los debates entre aspirantes a alcanzar la jefatura del Estado constituyen una oportunidad magnífica para identificarlos y conocer sus respectivas propuestas electorales.

Soraya Castellano
Por Soraya Castellano

Los debates entre aspirantes a alcanzar la jefatura del Estado constituyen una oportunidad magnífica para identificarlos y conocer sus respectivas propuestas electorales. En el país van en vías de institucionalización, puesto que el Artículo 234 del Código Electoral asigna al Tribunal Electoral la responsabilidad de promover dos encuentros de estas características, con el fin de incentivar la participación ciudadana en el acto más trascendente de la democracia: el ejercicio del sufragio como voto informado. El primero de ellos tuvo lugar la semana pasada, teniendo como anfitrión a la Universidad de Panamá.

Un objetivo fundamental de este tipo de debates es lograr que los electores acopien amplias referencias, de parte de quienes aspiran a conducir los destinos nacionales, sobre las acciones que emprenderían para solucionar los problemas más importantes del país, en caso de alcanzar la Presidencia de la República. Eso significa que su comparecencia en un escenario tal no puede quedarse en el simple diagnóstico de los males y las deficiencias existentes. El elector ya es consciente de lo que hay que cambiar. Al candidato le corresponde decir qué hacer y cómo.

Antes de la aparición de los debates en los ámbitos democrático y político, los candidatos no estaban expuestos al escrutinio directo de sus potenciales votantes. Hoy lo están en virtud de ser transmitidos “en vivo y en directo”, en cadenas nacionales de televisión y radio, así como a través de las redes sociales en Internet.

En cierto modo, esta comparecencia personal puede mostrar el carácter de los aspirantes a convertirse en mandatarios, porque la sinceridad, la honestidad y la transparencia son perceptibles para la audiencia respectiva y los televidentes. De esa percepción depende, en gran medida, la credibilidad que obtenga el candidato como balance final del debate.

Se puede decir que, mediante este ejercicio, los candidatos pasan al tablero para mostrar: conocimiento acertado de los temas acerca de los cuales se les pregunta; comprensión cabal y abarcadora de los asuntos generales y específicos del país; visión certera del entorno global y, muy especialmente, capacidad para resistir y reaccionar frente a presiones inmediatas.

Más que esperar que los expositores se enfrenten a diatribas entre sí o repartan culpas por doquier, los ciudadanos aspiran a encontrar en estos debates al estadista que sepa interpretar sus aspiraciones y pueda presentar fórmulas viables, realistas y concretas para alcanzarlas.

FUENTE: Redacción ECO