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Reinvención del entretenimiento y tecnología readaptada en 2020

Un recorrido de las noticias más relevantes del entretenimiento y la tecnología en 2020

El impacto del coronavirus incidió de manera directa en la propia existencia humana. Por ello grandes empresas y aquellas con chispa de ingenio, volcaron sus esfuerzos durante este 2020, para optimizar las comunicaciones y atenuar la crisis. Tecnología y creatividad entrelazadas para inventar o readaptar la vida en pandemia.

La primera necesidad surgió para evitar contagios. Si bien la mascarilla quirúrgica fue generalizada, la inventiva fue más expansiva. De allí emergieron propuestas que no solo reforzaron la seguridad. El mercado se amplió con mascarillas más sofisticadas; concebidas para mayor confort y hasta estilo.

La proximidad de tacto, también fue resuelta gracias a pulseras inteligentes, collares con vibraciones. Todo para evitar tocar el rostro… y es que la nueva era pandémica reprodujo los llamados accesorios portátiles, tales como purificadores de aire, estilizadores para teléfonos celulares, entre otros.

Pero más allá de estos accesorios, el mundo se vio volcado a una interacción completamente virtual… por ello se multiplicó el uso del whatsapp y el zoom, como herramientas más accesibles para la comunicación en tiempos de pandemia.

Las grandes potencias tecnológicas doblegaron su imperio para ofrecer dispositivos celulares más económicos.

Y ante la imposibilidad de hacer compras presenciales, la ciudanía se abocó a la vía online. De allí el incremento del llamado comercio electrónico.

Y mientras tanto, la nasa logró una nueva conquista. Lanzó el primer vuelo tripulado de índole comercial; un primer paso para viajes espaciales todo público.

En la tierra, el confinamiento fue mucho más prolífero para la industria de los videojuegos, ya que las ventas aumentaron considerablemente. Y en medio de esta avalancha lúdica: la eterna lucha de videoconsolas. Microsoft presentó su rudimentaria X-box series x, y Sony arrasó con su quinta versión de la célebre Playstation.

Los gamers tuvieron el privilegio de conocer los alcances gráficos de esta maravilla, y rompió todos los récords en su lanzamiento, tanto en ingresos como en unidades vendidas.

Un año que será recordado precisamente por una convivencia sujeta a la tecnología. Bien sea para lidiar el distanciamiento, o simplemente subsanar la “nueva normalidad”.


El coronavirus promovió el confinamiento precisamente para proteger a la población. De allí se desprende la reinvención del mismo entretenimiento; con transmisiones que mezclaron el en vivo con lo pre grabado; aquellas que lograron ser presenciales, reformularon su esencia. Pero a ninguna le faltó inspiración. Veamos el recuento.

¿Concierto vía online?... Pues sí. Ante la imposibilidad de su realización, muchos artistas optaron por deleitar a su fanaticada desde la comodidad de su casa. Alejandro Sanz y Juanes fueron pioneros.

Las iniciativas se masificaron; y los esfuerzos por recaudar fondos también propiciaron conciertos unificados, y repleto de grandes estrellas.

Con una contundencia multicultural para masificar la lucha contra el covid-19.

Pero la modalidad aplicó para todos los formatos. Y hasta con familia incluída.

Los programas de entrevistas y variedades adecuaron sus contenidos con producciones más caseras y espontáneas.

Y los realitys shows llevaron sus finales a las casas de los competidores. Todo online.

Ante la suspensión de ferias icónicas la fanaticada fue la más favorecida, con eventos interactivos y superhéores incluidos.

Los grandes eventos de la televisión multiplicaron sus posibilidades con presentaciones pregrabadas en diversas locaciones y la mascarilla como indumentaria básica.

Los MTV Music Awards, dieron la cátedra. Y le prosiguieron los American Music Awards.

Los Emmys, por su parte, redujeron frenéticamente el aforo, sin perder su ironía habitual.

Los festivales de cine también vieron amenazadas su ejecución. No hubo Cannes, mas si Venecia, con audiencia limitada y bajo distancimiento social. En Toronto, se la ingeniaron con autocines.

A pesar de estas reinvenciones, no todo en el cine pudo salvarse. El cierre inminente de salas duró más de 7 meses. Y aunque se dieron aperturas temporales, las pérdidas fueron millonarias; y aún permanece afectado.

En medio de esta hecatombe, convergen acuerdos históricos: de 90 días, ahora la película proyectada en sala, puede pasar directamente al streaming en 17 días.

De allí, la supremacía del streaming: Disney Plus rebasó sus expectativas en suscriptores; y Netflix consolidó su amplio menú audiovisual.

Hechos que evidenciaron un año repleto de ingenio, destreza y mucha adaptación. Porque los tiempos implicaron cambios, y con ello, nuevas expresiones del arte.

FUENTE: Readacción Eco